Este miércoles arrancó con varias movilizaciones y asambleas en distintos puntos del país. El #18D, como lo denominaron en las redes sociales, contó con fuertes reclamos del sector agropecuario, que salió a los costados de las rutas ante la suba de retenciones.
Tal es el caso de Paraná, donde más de 200 productores se concentraron en las cercanías del túnel subfluvial para visibilizar la “angustia y el enojo” que provocó la noticia que se conoció el sábado pasado, a la que se sumó la posibilidad de que se agreguen tres puntos más en el aumento a los derechos de exportación.
“Al campo lo quieren poner como insensible y le muestran las cifras del hambre. Si en tantos años de retenciones el hambre no se resolvió, entonces el problema no es del campo, sino del que administró esos recursos”, le dijo a Infocampo la presidenta de la filial Crespo de Federación Agraria Argentina, Mariela Gallinger.
La dirigente también forma parte de Cambiemos y estuvo en la movilización, que contó con la presencia de chacareros nucleados en el grupo Campo Más Ciudad.
“En Argentina producimos alimentos para 400 millones de personas y el Estado nos saca el 60%. O sea, tiene para darle de comer a 240 millones. En este plan contra el hambre, falta que se metan los diputados, los senadores, el presidente. Que ellos den el ejemplo y se bajen 33% su sueldo si están tan conmovidos por el hambre, porque es fácil ser la tía buena con la plata de otros”, disparó Gallinger.
Ese pedido fue el que más sonó esta mañana, entre la indignación y la confirmación de que el sector agropecuario ya no es el mismo de 2008. “Este gobierno tiene que darse cuenta de que el campo está formado, informado y organizado. Hace 11 años no sabíamos para dónde agarrar. Ahora estamos en vigilia ante cualquier amague y cualquier mojada de oreja”, advirtió la representante de FAA.
Los productores aseguran que el aumento es perjudicial porque la soja no está a US$ 600 como en ese momento, y aseguran que no se trata de que estén “chinchudos por los Fernández”, sino que la medida los obligará a volver a la sojización, cuando el espíritu es diversificar. “Queremos cuidar el suelo y dejar una buena herencia a nuestros hijos y nietos, pero ahora no podremos ir por la rotación porque no será rentable”, dicen.
“Fernández arrancó mal porque no cumplió su palabra, ya le teníamos poca confianza y con esto terminó de caer. Para el productor la palabra vale oro“, cerró Gallinger.