La posible creación de una Empresa Nacional de Alimentos para el control de precios despertó malestar en las entidades del campo quienes se mostraron un marcado desacuerdo con la propuesta.

A través de un comunicado, la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) advirtió que estos instrumentos “no serían necesarios si no hubieran permanentes intervenciones y fijaciones de precio por parte del Gobierno, si se pudiera trabajar libremente en la oferta y demanda, si se accediera a los precios que existen en la realidad” dijeron.

Además, se quejaron porque no hubo “instancias de explicación sobre cómo funcionaría ninguno de los dos fideicomisos ni qué monto es el que se busca recaudar, o cuántas toneladas se pretende subsidiar para los molinos -en el caso del trigo- y para los productores de carne bovina, porcina y de pollo -en cuanto al maíz”.

Para la Mesa de Enlace, “la incidencia de esta medida en el precio al mostrador por parte del trigo y el maíz, sería mínima” y “no resolvería el problema” ya que lo que incide en los aumentos de precios “es la suba de los valores de los demás componentes del mismo como la logística, la distribución, el procesamiento, y la comercialización, por efecto de la inflación misma. Y también, y muy importante, es el componente impositivo”.

“Creemos que esta propuesta de fideicomiso sería una retención encubierta, una alternativa que quieren imponer desde el Gobierno al aumento de los derechos de exportación que quedó descartado tras la no aprobación del Presupuesto 2022” subrayaron.

Para el campo, con el precio del cereal “se van a descontar los costos de comercialización, el flete, la retención y lo necesario para alimentar el fideicomiso. Al respecto, sabemos por experiencias fallidas pasadas, que (aunque digan que lo va a nutrir la exportación) esto lo terminará solventando, como siempre, el productor” manifestaron.

En esa línea, consideraron que, de prosperar esta medida, “se trataría de otro mordiscón fiscal al productor, otro impuestazo para intentar sujetar el andamiaje que se cae a pedazos de intervenciones y fijaciones de precios unilaterales”.

“El campo ya no acepta más nada de esto, por lo que le pedimos a los funcionarios que recapaciten sobre sus propuestas y posibles acciones” concluyeron.