Lo definió la mesa de enlace en una reunión de urgencia que hizo este martes apenas conocida la decisión oficial.
Las cuatro entidades agropecuarias que conforman la mesa de enlace lanzaron un paro de 9 días en rechazo el cierre de las exportaciones de carne vacuna, por 30 días, anunciada por el Gobierno. El cese de comercialización de hacienda bovina será desde el primer minuto del jueves 20 de mayo y hasta la medianoche del viernes 28 de mayo, según lo definieron los titulares de Sociedad Rural, Confederaciones Rurales, Coninagro y Federación Agraria (FAA) que realizaron un encuentro virtual de urgencia en medio del creciente malestar entre los productores ante lo que muchos consideran “una declaración de guerra” hacia el sector.
Con varias entidades regionales en estado de alerta y movilización, los referentes nacionales de los productores salieron con un paro comercial ante lo que consideran una “nefasta” decisión que, a su criterio, no solo no contendrá los precios internos sino que en el mediano y largo plazo derivará en menor oferta productiva y, por ende, alza en los valores al consumidor.
Según pudo saber TN, la industria frigorífica de exportación mantiene este martes contactos con distintos funcionarios de Poder Ejecutivo con el objetivo de encontrar mecanismos que permitan mantener abierta la actividad y cumplir con los compromisos asumidos con el exterior.
En la noche del lunes, apenas conocida la decisión oficial, desde CRA se alertó que el cierre de ventas al exterior es una “marcha atrás para el desarrollo y crecimiento de la ganadería” y que deja a los productores en “camino a un cese de comercialización”.
Daniel Pelegrina, presidente de SRA, afirmó, a su turno que “el cierre de exportaciones de carne por 30 días es un error y un paso atrás en todo sentido. Causará un daño irreparable a un sector productivo que ha demostrado que genera empleo y actividad en todo el territorio nacional. La decisión destruye la imagen de Argentina como proveedor confiable y volveremos a regalarle los mercados a nuestros principales competidores”.
Para Carlos Achetoni, titular de FAA, la decisión del Gobierno provoca un “descontento muy fuerte” en el sector y llegan “pedidos de distintos puntos del país para que se tomen medidas” en rechazo de la medida oficial.
Desde el campo en general, incluidos los agricultores de granos y las industrias vinculadas consideran que “esta medida impactará negativamente en toda la cadena agroindustrial”. En ese sentido plantean el antecedente de 2006, cuando el gobierno de Néstor Kirchner cerró las exportaciones de carne, “a partir de lo cual se abrió una etapa hasta 2015, en el que se perdieron 17.000 puestos de trabajo de la industria, 100 frigoríficos y 10 millones de cabezas de ganado”.
Ese momento representó la irrupción en escena del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno, que luego lideró el control discrecional de las ventas externas a través de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE). Desde el sábado rige un mecanismo similar, ahora denominado Declaraciones Juradas de Exportaciones Cárnicas (DJEC), que desde la agroindustria ven como “una amenaza a la transparencia comercial para el desarrollo de esta actividad”. Y enfatizan que con las restricciones ya probadas en otros tiempos, “el precio de la carne en la mesa de los argentinos subió varias veces más que la inflación”.
Desde el Gobierno, se dijo que esta vez “el período de 30 días podrá reducirse en el caso de que la implementación de las medidas antes señaladas -algunas ya adoptadas y otras a implementar en los próximos días- generen resultados positivos”. y prometieron que “se habilitarán mecanismos de excepción para operaciones en curso”. Es lo se negocia por estas horas, en un intento, quizás tardío, de evitar una confrontación plena entre el Gobierno y el campo.