La falta de agroquímicos por restricciones a la importación es una preocupación de la industria, desde donde advierten que las dificultades para acceder a dólares y las demoras en las aprobaciones ya están generando problemas de abastecimiento en medio de la campaña agrícola 2021-2022.
En todo el país ya empezó la siembra de maíz la semana pasada y el mes próximo comienza la de soja.
En la puerta de entrada de la generalización de la campaña de granos gruesos en la industria de agroquímicos hay preocupación por los inconvenientes que vienen agravándose desde hace un año y medio por que afectan las importaciones por el lado del acceso a los dólares por parte de las empresas, y ya hay escasez de algunos productos.
Si bien las importaciones no están prohibidas, el Gobierno se ampara en las licencias no automáticas para demorar la liberación de embarques que se encuentran en el puerto.
Mientras tanto, y con gran incertidumbre, las compañías hacen malabares con las entregas pautadas con sus clientes.
Trascendió de la industria que la decisión del Banco Central (BCRA) de hacer más complejo el acceso a dólares oficiales para importación a empresas que tienen cuentas declaradas en el exterior llevó a que varias compañías de agroquímicos frenaran sus ventas.
Consultadas sobre la inquietud de las empresas, fuentes del BCRA respondieron: “No hay registrado ningún inconveniente”.
En la actualidad, varios de los principales jugadores del mercado tienen problemas de abastecimiento.
Algunos ya no tienen stock de productos necesarios y estratégicos, como herbicidas pre emergentes de soja.
Ciertos herbicidas necesariamente deben ser aplicados en tiempo y forma, en períodos muy cortos desde la fecha de siembra.
Luego de esto, no es recomendable aplicarlo, con lo que conllevaría a perder el año productivo.
“Los tiempos del campo no son los de la política”, indican en la industria agroquímica.
Sobre los problemas para importar, una fuente describió: “En un principio eran 30 días de atraso, luego fueron 60 días y ahora vamos 90 días sin tener respuesta positiva. El Gobierno debe entender que hay planes comerciales y productivos en curso”.
En este sentido, hay quejas porque no existen reglas de juego claras, ni patrones de trabajo, ni un común denominador para saber cómo manejarse hacia adelante.
Mientras que en la época del exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, les decían que compensen la importación de agroquímicos con exportaciones de granos u otros productos y eso era algo de alivio. “Pero ahora no hay ni eso, no hay una lógica de liberación para que uno pueda manejarse”, detallaron.
Tanto los productos en bidones, como subproductos que llegan a granel para fraccionarse tienen problemas, sólo estaría disponible la materia prima que se formula en el país.
Algunas empresas contaron que tuvieron “meses de sequía de aprobación de importaciones en junio y julio”, pero en agosto se liberó muy poco. A otras, en cambio, el mes pasado no les liberaron “ni siquiera un litro de producto”.
“Recién el 31 de agosto nos liberaron algo, pero sin un orden de prioridad. Es decir, liberan embarques, desconociendo las necesidades del mercado. Por ejemplo, el tratamiento de semillas se debe hacer ahora. Si bien los inoculantes se producen acá, subproductos como ser fungicidas ya faltan”, explicó una fuente.
En la industria agroquímica analizan que el productor está con las tranqueras abiertas esperando su producto para por ejemplo inocular, y no saben si lo van a tener.
También sostienen que van a tener pérdida de confianza de los clientes porque los productos van a llegar desfasados y serán con un vencimiento más acotado.
Según fuentes del mercado, algunos de los productos que ya faltan son metsulfuron, paraquat, glifosato, clearsol, fluorocloridona, sulfentrazone, bromoxinil, heat, 2,4 D, entre otros tantos.
“Están en la aduana pero no se liberan. También hay problemas en especialidades, caso productos para la papa o el arroz”, describieron.
No hay respuestas de los funcionarios ya que la Aduana hace silencio. Otra fuente consultada detalló que la situación con los proveedores del exterior se hace insostenible.
“Estos proveedores son los que financian las operaciones, las empresas necesitamos mostrar un gesto de que podemos comenzar a pagar estas deudas para no poner en peligro las líneas de crédito que tenemos actualmente y poder mantener activa la fábrica y consecuentemente la posibilidad de abastecer al mercado local”, dijo una fuente empresaria.
Fuente: NA