El año pasado, este índice fue de 52,9 kilos por habitante en forma anual, y parece que en 2019 se ubicaría por debajo.
Después de alcanzar su marca mínima en febrero, el consumo de carne argentina va camino -en 2019- a romper su piso histórico de 2016, cuando se registraron 55,3 kilos anuales por habitante. En los primeros meses del año, y de acuerdo a números pertenecientes al IPCVA y el CICCRA, el promedio nacional osciló en los 50kg/hab, y no parece que en el futuro inmediato esta coyuntura pueda verse modificada.
Si bien en Argentina siempre se ponderó la capacidad del mercado interno, incluso hablando de un “mercado cautivo” que dejaba tan solo un 20% de saldo exportable, los precios de la carne bovina y la competencia en precios que suponen los cortes alternativos, a lo que se suma el aumento de los precios en general, terminarían dando un vuelco a la situación.
Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, en los primeros siete meses cayó un 2% la producción de carne vacuna, con una suba del 45% en las exportaciones y un descenso de casi el 11% en las ventas al mercado interno.
En este marco, el consumo nacional per cápita fue de 50,5kg/hab en forma anual. Solo en julio, se habrían consumido 52,8kg/hab, siempre por debajo de los registros históricos nacionales.
Después de alcanzar valores que superaban los 90kg/hab al año en las series históricas, en la última década el consumo rara vez superó los 60kg/hab, con números cada vez más bajos, como los 57,1 de 2010, 58,6 (2015) y 55,3 (2017).
El año pasado ya se había quebrado un récord de bajo consumo, con 56,5 kilos por habitante.