El Consejo Directivo del INTA volvió a sesionar  y aprobó la propuesta acordada hace dos semanas con Juan Pazo, el otrora secretario de Producción, para armar un consejo de cuatro asesores del Poder Ejecutivo que trabajarán en una propuesta de “modernización institucional”. Entre sus integrantes figura Inés Liendo, que viene de conducir la liquidación del Instituto Nacional de Agricultura Familiar (INAFCI), de donde fueron despedidas 900 personas.

En el gremio específico del INTA no cayó nada bien la creación de ese cuerpo, ya que detrás de la tan mentada modernización ven la posibilidad de un fuerte ajuste que el gobierno quieren llevar a cabo en ese organismo tecnológico, y que ya comenzó con jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios que achicaron la planta en cerca de 600 personas, y en la inminente subasta de un histórico edificio del INTA en la calle Cerviño, en Barrio Norte, como preludio posible a la venta de miles de hectáreas de campo.

Pero sobre todo, Mario Romero, el secretario general de APINTA, manifestó su indignación porque los cuatro enviados de Pazo, que fueron propuestos al Consejo Directivo (el máximo órgano de conducción, donde además tallan las entidades rurales y las universidades) por el presidente del INTA, Nicolás Bronzovich, y su vice María Beatriz Pilu Giraudo, cobrarán elevados salarios equivalentes a un director nacional de carrera en el organismo.

“Estas personas que vienen de la mano del presidente Bronzovich y de la vicepresidenta Giraudo van a cobrar salarios equiparados a los de directores nacionales asistentes o directores regionales. Cuando uno mira los currículum de los designados, nos encontramos con que uno de ellos tiene formación de estudios secundarios. En el INTA entraría equiparado a un técnico de apoyo y se le podría asignar como máximo un nivel de puesto de trabajo 5 y como máximo un grado escalafonario 15. Vienen a llevarse todo por delante la institucionalidad del INTA”, se quejó el gremialista.

La denominado “unidad consultora para la modernización institucional” estará integrada por la abogada salteña Inés Liendo, el veterinario Matías Nardello (fue funcionario de Senasa en tiempos de Macri y viene del laboratorio Biogénesis Bagó) y el agrónomo Luis Negruchi, que viene de colaborar en Expoagro con Aapresid, entidad de la cual provienen también las máximas autoridades del INTA. 

En la resolución oficial aprobada por el Consejo Directivo del INTA, en cambio, se le asigna a esos cuatro personas ajenas al organismo una tarea de relevancia: “La Unidad Consultora para la Modernización Institucional (UCMI) tendrá por objeto relevar el diseño, organización, funcionamiento y procesos de las diversas áreas que integran la estructura organizativa del INTA con el objeto de definir una estrategia para su modernización”, dice la norma