La propuesta fue desarrollada por los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Luis Basterra, y ya le fue presentada a los referentes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Según indicaron desde el gobierno, las medidas fueron realizadas con el aporte formulado por las provincias productoras en conjunto con el sector privado, y apunta a aumentar el stock bovino.

“La intención es pasar de una producción de tres a cinco millones de toneladas de carne”, había expresado el ministro Kulfas durante el anuncio de la creación del plan en junio pasado.

Entre los puntos más salientes del borrador, se encuentra la realización de un nuevo sistema de comercialización para pasar de la media res al troceo, un punto que ya había sido adelantado por el presidente Alberto Fernández, y del cual la industria cárnica ve con buenos ojos pero con dudas respecto de su implementación.

“El 75% de la venta minorista de carne se realiza en carnicerías, mientras que la distribución de la faena se hace en un 60% en medias reses. A partir de 2022 se implementará el troceo de la res en piezas que no podrán exceder los 32 kilos como paso necesario hacia una distribución por cortes a las carnicerías, en vistas de mejorar la transparencia, optimizar los cortes y mejorar la protección para trabajadores y consumidores”, indica expresamente el borrador del plan.

Respecto al incremento de la producción, “se proponen un conjunto de instrumentos financieros, incentivos fiscales, asistencia tecnológica y técnica al productor, entre otros, destinadas a fomentar el incremento de la eficiencia del stock ganadero”, manifiestan.

En concreto, desde el gobierno buscan estimular el incremento de la implantación de pasturas, verdeos y forrajes conservados; la implementación de biotecnología reproductivas; la adquisición de semovientes; la implementación de prácticas sanitarias de prevención y control de enfermedades; la mejora de la infraestructura básica para el manejo de rodeo; estímulo al incremento de peso de faena; y la asistencia técnica y capacitación para la gestión del establecimiento pecuario.

En cuanto al aporte que llevará a cabo el Estado, el plan contempla la disposición de medidas fiscales para promover inversiones sectoriales, entre las cuales se haría una modificación de la valuación fiscal de la hacienda al cierre del ejercicio, una amortización acelerada; crédito fiscal para la compra de insumos; y la devolución del IVA de inversiones con condiciones especiales.

Además del aumento de la producción, el plan propone otros siete objetivos específicos: aumento del Agregado de Valor en origen; el desarrollo de infraestructura rural comunitaria; la incorporación de tecnologías e innovación en los procesos de producción; y el fortalecimiento de la cadena bovina para la adaptación y mitigación de riesgos climáticos.