La Bolsa de Cereales de Buenos Aires dio por finalizada la cosecha de trigo 2024/2025. Según indicó la entidad, la producción de este cereal de invierno creció un 23,2% respecto a la campaña anterior, y se ubicó como la mejor de los últimos 5 años.

Este resultado era impensado a principio de año, previo a la siembra, ya que la incertidumbre sobre la implantación o no del cultivo era total: Con los precios internacionales deprimidos, una escalada de precios en los insumos por la dificultad para importarlos, y presión impositiva creciente, hasta abril eran pocos los agricultores que iban a decidir sembrarlo.

Pero sobre la hora todo cambió cuando los precios se acomodaron, los valores de los insumos siguieron un camino inverso, y se desató el frenesí de las sembradoras de granos finos.

Durante la campaña que acaba de terminar, se sembraron 6,3 millones de hectáreas, un 7 % más que la campaña anterior. Las precipitaciones otoñales, que garantizaron la humedad adecuada para la siembra, junto con una mejora en los precios, impulsaron un incremento de superficie respecto a la proyección inicial en unas 100 mil hectáreas, concentradas principalmente en el centro del área agrícola.

En este sentido, la entidad porteña le puso número a los rendimientos del cereal a nivel país: “El rinde promedio nacional fue de 30,4 quintales por hectárea, un 7 % superior del ciclo anterior (Rinde 2023/24: 28,4 qq/Ha) y un 6 % por encima del promedio de las últimas cinco campañas (Rendimiento Promedio 2019/24: 28,7 qq/Ha). Rendimientos superiores en ambos núcleos y en el sudoeste de Buenos Aires compensaron la caída de la producción en el sudeste, afectada principalmente por altas temperaturas en período crítico”.