Los puertos de Quequén y Bahía Blanca, operan con dificultades a raíz una serie de paros de actividades simultáneos que llevan adelante los trabajadores portuarios, los transportistas de cereales y los estibadores.
Los paros se dan en medio de una bajante histórica del rio Paraná, que complicó la operatoria de la hidrovía y derivó parte de la carga de los buques de mayor porte, que no puede completarse allí porque el calado con el que pueden operar es mucho menor a la normal, a los puertos marítimos del sur de la provincia.
Una de las protestas la lleva adelante la Federación de Estibadores Portuarios Argentinos (FEPA), que decidió un paro de actividades de 48 horas, que concluiría a las 24 horas del sábado.
De por sí, eso bloqueó la carga de buques y en algunas terminales la recepción y descarga de camiones, ya que hay operarios del FEPA también en esas actividades.
A la vez, un grupo de “Camioneros Autoconvocados” inició una medida de fuerza y bloqueó la entrada y el movimiento de camiones en torno de los puertos sureños. Una medida similar, en febrero pasado, los tuvo parados durante 10 días.
Además, el Sindicato Único de Portuarios Argentinos (SUPA) inició una medida de fuerza que afecta el puerto de Bahía Blanca.