La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) proyecta una cosecha de la nueva campaña agrícola 2020/2021 de 120.800.000 toneladas, un 6,1% de caída en relación al ciclo anterior, como consecuencia de la menor siembra y la falta de precipitaciones que afectarán a los futuros rendimientos. Por su parte, la siembra total del actual ciclo caería un 1,2% y alcanzaría las 33.150.000 hectáreas. Las estimaciones fueron presentadas ayer durante el lanzamiento de la campaña gruesa, que se realizó de manera virtual.
La campaña gruesa de granos comenzó a dar sus primeros pasos con la siembra de girasol y de los primeros lotes de maíz y continuará con el ingreso de las sembradoras a los campos para plantar soja. Este proceso, que terminará bien entrado el segundo semestre del 2021 con la finalización de la cosecha de maíz, es crucial para la economía de Argentina, no solo por el movimiento económico que genera, sino también porque solo en el primer semestre del año estos cultivos y sus complejos fueron los responsables de más del 40% de las divisas que ingresaron al país. Por tal motivo, resultará de vital importancia una buena performance de la campaña para traer algo de alivio a las castigadas cuentas nacionales.
Por cultivos, se proyecta una cosecha de trigo de 17,5 millones de toneladas, de cebaba de 3,7 millones de toneladas, de girasol de 3, 1 millones de toneladas y el maíz alcanzará una muy buena producción, con estimaciones de siembra de 6,3 millones de hectáreas y de cosecha total de 47 millones de toneladas. En lo que respecta a la soja, la siembra llegaría a 17,2 millones hectáreas y una cosecha de 46,5 millones de hectáreas.
Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, comentó que “será determinante el contexto climático, afectando no solo el área sembrada sino también los rendimientos previstos para cada uno de los cultivos más importantes de Argentina. Los cultivos más afectados serían el trigo, el maíz y el girasol. De confirmarse este escenario, sería la segunda campaña consecutiva con caída en los números totales”.
Los especialistas de la Bolsa porteña, además, señalaron que el potencial del sector agroindustrial “es enorme” y puede constituirse en un pilar fundamental de una estrategia de desarrollo inclusiva y federal. Para eso, se reclamaron políticas que fomenten la inversión y las exportaciones, que permitan al país recuperar la senda del crecimiento. Por otro lado, comentaron que las actuales políticas internas, como la brecha cambiaria y el impacto de las retenciones, provocan menores márgenes para los productores, en un contexto de alta volatilidad en el mercado internacional de granos, por la pandemia del coronavirus.
Un contexto internacional, que según explicaron los economistas de la BCBA, atraviesa tres situaciones que impactan en los precios: la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la fiebre porcina africana, y la pandemia del coronavirus, que además tiene su efecto en el contexto de la salud y también del medio ambiente.
Los precios internacionales de la soja y los granos, por su parte, presentan una alta volatilidad y son menores a los de campañas anteriores, que derivan en una baja de los márgenes para los productores. Los precios presentaron importantes caídas hasta mayo último, y luego una fuerte recuperación, llegando a niveles de antes de la guerra comercial.
La mayor demanda por parte de China, con compras récord de soja, maíz y sorgo, y elevadas exportaciones de Estados Unidos, provocaron un incremento de los precios, con una oferta resentida por los problemas climáticos en Estados Unidos. A todo esto, los factores financieros también impactaron, con un debilitamiento del dólar que derivó en mayor capacidad de compra.
En este escenario tan complejo, el aporte del sector agroindustrial será nuevamente importante, pero menor al de la campaña pasada. El Producto Bruto de las Cadenas Agrícolas (PBA) mostraría una retracción de -0,2% en 2021, alcanzando los 31.173 millones de dólares, que no le permitiría recuperarse de la caída estimada para este año 2020 en -5,7%. Las exportaciones, por su parte, se ubicarían en torno a 25.000 millones de dólares el año que viene, con una caída interanual de -3%.
En medio de las proyecciones negativas, en materia de aporte de la cadena agroindustrial, el único ganador en la presente campaña agrícola sería el Estado, a partir de un aumento de la recaudación fiscal que llegaría a los 10.954 millones de dólares, reflejando la elevada presión impositiva que sufre actualmente el sector.
Agustín Tejeda Rodríguez, economista jefe de la entidad, comentó que las estimaciones presentan dos años consecutivos de caída en el PBA, y el sector comienza a mostrar signos de estancamiento, luego del período de crecimiento que transitó entre las campañas 2015/16 y 2018/19.
“Las proyecciones indican que Argentina podría duplicar su tasa de crecimiento en la producción de granos al 2029/30 en relación al escenario de continuidad de las actuales, pero si retrocedemos a políticas más restrictivas, el escenario es de estancamiento con niveles de producción similares a los actuales”, dijo el economista.
Por su parte, Nelson Illescas, director de la Fundación INAI, agregó: “Además de los incentivos a la producción, será clave avanzar en negociaciones que mejoren la presencia de nuestros productos en los principales mercados. Aquí es donde la ratificación del Acuerdo Mercosur y Unión Europea, es estratégico para Argentina”.