El Gobierno necesita reforzar las reservas que viene perdiendo el Banco Central en forma acelerada.
Los productores agropecuarios mantienen en los silobolsas unos 6 millones de toneladas de soja de la campaña anterior.
Ese volumen aceleró en los últimos días versiones de que el Gobierno podría lanzar un nuevo dólar soja, para sostener las reservas del Banco Central, que viene vendiendo divisas a un ritmo muy alto.
Todo mientras los técnicos del FMI avanzan en la cuarta revisión de metas del acuerdo de facilidades extendidas, que tiene en la acumulación de reservas uno de sus principales objetivos.
Con el “dólar soja 2” anterior, el Gobierno logró captar unos US$ 3.000 millones.
En lo que va del año el BCRA ya perdió más de US$ 400 millones, y por eso la idea de anticipar por tercera vez la liquidación de soja con un esquema preferencial, comienza retumbar en el Palacio de Hacienda.
La sequía no sólo arruinó las perspectivas de producción sino, además, produjo una demora en la siembra.
Con este nuevos escenario, la primera liquidación representativa que podía esperarse para marzo llegará recién al inicio del segundo cuatrimestre del año, advierten especialistas.
El Gobierno no sólo debe duplicar la disponibilidad de reservas, sino también dar señales de estabilidad en el período electoral.
Además, requiere unos US$ 5.000 millones por mes para pagar importaciones y evitar que la actividad económica profundice la retracción que mostró en el segundo semestre del 2022.
La producción de la campaña 21-22 superó las 42 millones de toneladas, de las cuales ya se vendieron 35,6 millones.
Esto arroja un saldo de 6 millones de toneladas, aproximadamente, que podrían ser parte de un nuevo esquema de liquidación especial o “dólar soja 3”.
Pero desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) recordaron que parte de la cosecha de soja no se destina al circuito comercial, sino al uso de semillas, molienda propia y fábricas de prensado chicas del interior.
Por eso, los especialista estiman que el verdadero stock es de 4 millones de toneladas.
Hacia allí podría apuntar el equipo económico con un nuevo dólar diferencial para vender la soja.