En medio de una profunda sequía que generó caída en la producción y las exportaciones, los integrantes de la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), realizan hoy una medida de fuerza por 24hs y se complica el funcionamiento de los puertos exportadores del país, especialmente en la zona del Gran Rosario.

Según se informó, la protesta forma parte de un reclamo intersindical por un conflicto por un puerto en la ciudad de Buenos Aires y por un impuesto que se aplica a los salarios de los trabajadores.

La decisión de los recibidores de granos, como parte integrante, es acompañar orgánicamente el plan de lucha que lleva adelante la Federación Marítima Portuaria y de La Industria Naval de La República Argentina (FeMPINRA). Desde los mencionados ámbitos sostienen que es “arbitrario e intolerable” el proceder del Gobierno en relación al Impuesto a las Ganancias las medidas del gobierno en torno al impuesto a las Ganancias:

“La huelga está afectando absolutamente todos los puertos (de Rosario). Están todos parados producto del paro de Urgara y la medida impide la carga de los buques”, dijo a Reuters Guillermo Wade, Gerente de la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas.

Desde Urgara, expresaron a través de su cuenta en Twitter, que “como parte integrante y acompañando orgánicamente el plan de lucha de la FeMPINRA, el próximo lunes 17, paramos por 24 horas todos los puertos del país, por las razones que los trabajadores conocemos día a día”. Y al respecto plantearon: “La realidad nos golpea de forma despiadada, y no tenemos otro recurso que la fuerza de nuestro trabajo y nuestra unión. Estamos hartos que no se cumplan los acuerdos firmados con el Ministerio de transporte y el de Trabajo, para derogar el oprobioso decreto firmado durante el gobierno de Macri que define la utilización de una sola terminal en el puerto de Buenos Aires”.

Y agregaron: “Además, nos resulta arbitrario e intolerable las medidas del gobierno en torno al impuesto a las Ganancias. El salario no es ganancia, es retribución por la tarea realizada. Sentimos en nuestros bolsillos y nuestra calidad de vida, que ese absurdo impuesto que cae sobre los trabajadores, es sencillamente confiscatorio”.