El seleccionado argentino completó su primera fiesta post Mundial ante el multitudinario público que colmó el renovado estadio Mas Monumental con un triunfo sobre el final ante Panamá por 2 a 0 que tuvo como frutilla del postre el gol 800 en la carrera de su capitán, Lionel Messi, en su séptimo intento de tiro libre de la noche.
La presunta desproporción entre el campeón del mundo y este conjunto panameño, que vino a afrontar este compromiso con equipo alternativo, si bien se notó en la jerarquía individual y colectiva, no se tradujo en el resultado y tampoco en acumulación de situaciones de gol durante el primer tiempo.
Salvo un tiro libre que rebotó en el palo izquierdo ejecutado por Lionel Messi, que antes de esa acción terminó todo raspado en la rodilla derecha, sobre el cuarto de hora, no hubo otras aproximaciones con riesgo real para el arco defendido por José Guerra.
Obviamente que los dirigidos por Lionel Scaloni hegemonizaron la posesión del balón, pero lo manejaron en forma de abanico entre tres cuartos de cancha y el área rival, sin generar filtraciones dentro de ella.