El calentamiento global se ha ido introduciendo de forma sigilosa, pero progresiva. Ya no es una amenaza lejana: hay polos derritiéndose, especies en peligro de extinción y serios impactos en la salud humana. Aunque parece algo sacado de un documental, no lo es; sus efectos se están empezando a sentir en muchos sectores, incluyendo aquellos que se consideraban recreativos o de ocio, como los deportes e incluso las apuestas deportivas.
Las apuestas deportivas, especialmente en línea, se han convertido en una tendencia en los últimos años en todo el mundo, y cada vez son más los países que legalizan y regulan esta actividad. Existen numerosos operadores en el mercado que ofrecen apuestas en más de 35 deportes. Sus ofertas suelen incluir apuestas gratis sin depósito, que permiten a los usuarios realizar apuestas sin arriesgar su propio dinero.
Las apuestas deportivas están estrechamente relacionadas con los deportes y con todo lo que pueda afectar o alterar los eventos deportivos. El aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de precipitación, la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, el deshielo y los cambios en los ciclos estacionales están modificando las reglas del juego. Para los aficionados, esto significa que predecir el resultado de un evento será aún más complicado. Así que echemos un vistazo más de cerca al impacto que el calentamiento global ya está teniendo en este mundo interconectado.
La manera en que el calor afecta al deporte
El calor extremo es el impacto más inmediato y visible. Afecta directamente al rendimiento de los atletas e incluso a la integridad de la competición. Hay muchos ejemplos populares, entre los que se incluyen competiciones de renombre.
Una situación muy famosa ocurrió durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: los juegos que se consideran como los más calurosos de la historia. La temperatura alcanzaba los 34° C con un 70 % de humedad. El clima era tan adverso que la tenista española Paula Badosa tuvo que retirarse en silla de ruedas tras sufrir un golpe de calor mientras disputaba los cuartos de final en singles.
Otro ejemplo fue la Copa del Mundo de Catar en 2022. Se trata de un torneo que, históricamente, se ha disputado a mediados de año: en este caso, debido a las altas temperaturas durante esa época del año, se decidió trasladarla a finales de año. Esto generó mucha controversia porque el calendario habitual de las ligas se vio alterado, lo que provocó una compresión de la agenda futbolística y un gran desgaste en los jugadores. La medida fue muy criticada, ya que interrumpió de forma abrupta el desarrollo normal de la temporada, haciendo de esta edición una de las más atípicas de la historia.
Preocupación por la Copa del Mundo del 2026
El Mundial de fútbol que está por disputarse en Norteamérica (Estados Unidos, Canadá y México) no se escapa de las polémicas. El torneo se disputará durante el verano y algunas ciudades como Dallas, Kansas City, Atlanta y Ciudad de México alcanzan temperaturas superiores a los 32° C y altos niveles de humedad.
Los fisiólogos advierten que jugar en tales condiciones eleva la temperatura corporal de los jugadores a niveles peligrosos, lo que aumenta el riesgo de colapso.
El Mundial de Clubes de 2025 fue una pequeña anticipación a lo que viene. La competición se llevó a cabo en Estados Unidos y, aunque se implementaron medidas para refrescar a los jugadores (pausas de refrescarse y ventiladores que rocían agua), los propios atletas advirtieron de las dificultades. Los campos estaban demasiado secos, haciendo que no se pudiera jugar buen fútbol, y el clima era tan adverso que no pudieron sentirse cómodos.
La Copa del Mundo de 2026 tendrá situaciones muy similares, pero con una diferencia: los jugadores entregan todo por su selección, lo que podría llevar a cansancio excesivo, calambres y muchas bajas inesperadas.
Impacto del calentamiento global sobre las apuestas deportivas
Cualquier modificación que ocurra en el deporte inevitablemente impacta también en las apuestas deportivas. Dejando de lado la posibilidad de que se generen nuevos mercados que involucren el clima, como la cantidad de pausas para tomar agua o el número de descansos, o incluso“jugado a X °C” o “precipitación total por encima/por debajo”, o “evento cancelado debido a una alerta por calor”, entre otras cosas, las probabilidades de que ocurran resultados inesperados aumentarán.
La lógica es sencilla: los datos históricos se construyeron bajo condiciones normales. Las condiciones extremas, sin embargo, funcionan como un poderoso “nivelador”: neutralizan la ventaja de los más habilidosos y emparejan el terreno de juego, permitiendo que triunfe quien mejor se adapte a la coyuntura y no necesariamente quien sea mejor en esencia. Esto quiere decir que habrá mayor volatilidad en los mercados de apuestas, para bien o para mal.