El básquet de Primera División de la Asociación necochense (ABN) tiene nuevo campeón y ese es Centro Vasco, que se coronó de local en la noche de este miércoles tras ganar la (no) segunda final  del Torneo Apertura “Julio Blanco” ante un Huracán que estuvo ausente con aviso. “Los Toros” cortaron la hegemonía de Rivadavia, pero sin dudas merecían que el cierre fuera de otra manera, más digno, ganándolo en la cancha, pero todo se desnaturalizó desde aquel triste suceso en el juego 1 en el Gigante.

Luego de la violencia desatada al cierre del partido que Vasco le ganó a Huracán 78-76, le siguió un compás de espera a la definición, una resolución de la Federación provincial y una reprogramación del juego 2 para este miércoles 25 de junio a las 21.15. Parecía que se reanudaba la serie, pero una nota emitida por Huracán en horas de la tarde cambió todo el panorama.

Vasco salió al campo de juego y selló el título sin despeinarse

“No asistiremos al encuentro final previsto, la decisión se respalda en que nuestros jugadores entienden que no se encuentra asegurada su seguridad personal y la de sus familias que pudieran asistir al evento”, informaron y argumentaron en la nota desde Huracán, apuntando a la asociación local al expresar que “no compartimos la decisión de la ABN de que el encuentro se jugara con público, cuando la resolución provisoria del Tribunal de Disciplina de la Federación Bonaerense sugirió lo contrario. Esto es que se disputara el partido a puertas cerradas”.

En un siguiente párrafo se agregó que “tampoco se dispuso la presencia de personal policial. Esto equivale a decir que a pesar de que desde el Tribunal de Disciplina bonaerense se instó a la ABN para que adopte medidas tendientes a prevenir episodios de violencia, esta última institución nada hizo”.

Y en respuesta al lema de la ABN al comienzo del torneo, que era “Violencia Cero” en el básquet, el comunicado de Huracán apuntó que “esto nos lleva a preguntarnos si a las autoridades de la ABN les interesa realmente la campaña de violencia cero”.

En consecuencia, Huracán no se presentó al juego 2 y Centro Vasco hizo todo tal cual el protocolo lo indica. El equipo dirigido por Manuel González salió al campo de juego que lucía con un gran marco de público, hubo presentación de mascota y compás de espera reglamentario, hasta que las autoridades arbitrales indicaron la finalización del “partido” con victoria por 20-0 para el local. El segundo punto le permitió barrer la serie y así coronar un título manchado, pero que no deja de serlo.

Incluso, en la algarabía de los festejos, además del tradicional “dale campeón” se escuchó por parte de los campeones el canto de “el que no salta abandonó”, en alusión a sus rivales de Huracán, algo que más que sellar con dignidad una consagración, sonó un tanto desubicado.

Finalmente, se llevó a cabo la premiación y el reconocimiento al campeón por parte de la familia de Julio Blanco, su hija Silvia y sus nietos, y de las autoridades de la ABN, presidida por Adrián Mazza.

El plantel de Centro Vasco campeón estuvo compuesto por Jonathan Velázquez, Agustín De Agostini, Juan Negri , Ángel Torres, Tomás Betbeder, Tomás Framiñan, Lucio Haag, Francisco Gómez, Alan Kruzich, Valentín Schenck, Juan Salinas, Alejo Saltapé, Felipe Sauthier, Mariano Negri, Simón Rodríguez, Lisandro Rota, Gonzalo Iturralde, Baltazar Brunero, Manuel Iturralde y Lorenzo Melluso.

El básquet de la ciudad no merecía un final así y el campeón merecía llevarse todas las miradas, pero lamentablemente lo extradeportivo quedó en el centro de la escena, y justo en el campeonato en el que se apeló al mensaje de “Violencia cero”, la violencia se llevó puesto todo para derivar en un desenlace inédito y amargo, que obliga a aprender y madurar. A intentarlo nuevamente en el Torneo Clausura.