Este sábado en Río de Janeiro el Maracana con publico reducido albergará la gran final de la Copa América entre Brasil y Argentina

Quizá la imagen de la última práctica resuma la sensación general. Y no se trata solamente la de ese grupo de 70 personas que está en modo burbuja hace 45 días detrás de un anhelo. Se trata del sentimiento de un país, que se volvió a enamorar de la Selección Argentina y no tanto por lo que juega, sino por lo que transmite dentro del campo ese grupo de futbolistas no consagrados (repleto de Martínez, González, Molina, Acuña…) y un cuerpo técnico novato. Y básicamente porque tiene un líder que emociona a los nuestros, a los rivales (si por el cariño que le tienen generó la polémica en Brasil) y a todo el planeta. Que D10S nos ilumine, que la sequía de 28 años se corte, que la imagen que recorra el mundo sea la de Messi levantando la Copa América en el Maracaná.

Así se vio el Monumento a la Bandera en la previa a la final de la Copa América.

Así se vio el Monumento a la Bandera en la previa a la final de la Copa América.

“Los premios individuales son secundarios, estamos acá por otra cosa. Por el sueño de todos”. Messi se cansó de repetir esa frase. Hoy la volverá a decir en la arenga previa. Como cabeza de un plantel de terrenales, sabe ante la gran oportunidad que está. Que esta final puede curar todas las heridas del pasado, que puede ser un antes y un después. Seguro que para Lionel sería terminar con el lastre que viene cargando por ser el mejor del mundo, pero el tema no es Leo, es el futbolero argentino que desea de una vez por todas ver campeón a la Mayor, después de haber disfrutado tantas vueltas olímpicas en Juveniles y la Sub 23.

Porque este partido puede marcar la historia y ser un día especial para varias generaciones. Porque ya no se trata solo de los chicos que juegan en los clubes de baby con la 10 del Barcelona, ya son muchas camadas de hinchas a los que les contaron lo que es dar la vuelta olímpica, que tienen 20, 25 y hasta un poco más de 30 años. Y como ejemplo alcanza un botón: la mayoría de los jugadores (excepto Messi y alguno más) no habían nacido antes del título en Ecuador 93 y eso es todo un símbolo. Los Dibu, los Molina, los Paredes, los De Paul, los Lautaro, los Lo Celso, los Nico González crecieron con Messi en el poster, y lo vieron triste, en esas cuatro finales a las que llegó (2007, 14, 15 y 16), pero se quedó en la puerta mirando la copa. Lo que antes desearon como hinchas, de poder ayudar a su ídolo, ahora lo podrán hacer desde dentro del campo.

Una imagen aérea del Maracaná antes de la final (EFE/Antonio Lacerda).

Una imagen aérea del Maracaná antes de la final (EFE/Antonio Lacerda).

“Es importante cómo se recorre el camino”, le dijo Scaloni en la previa del torneo a Olé. El técnico sabía que no podía prometer éxito y no lo hizo ni antes de comenzar el camino, ni ayer sentado en el Maracaná, en el sitio que puede cambiar la historia. El Lionel DT sabe que no corre con el caballo del comisario como Brasil, que tiene todo a favor: un ciclo estable, más de 600 días sin perder, la historia que le hace caricias (las cinco Copas América que organizó las ganó, las últimas siete finales que jugó el Scratch acabó campeón) y un muy buen equipo. El técnico está confiado en el espíritu amateur de su grupo, ese que se bancó sin chistar no ver a las familias (algunos no conocen a sus hijos recién nacidos, otros no pudieron estar cerca de gente querida que la estaba pasando mal), los más de 30 hisopados y mantenerse guardado por este anhelo. Ahí va la renovación, los que no tienen las calidades de la generación dorada, y los históricos que lo siguen intentando…

Será noche de unión, sin grietas. Todos juntos, como en la foto. Los padres que ya peinan canas haciendo fuerza para que sus hijos vean campeón a la Selección. Para que las lágrimas sean de alegría, porque esta noche puede empezar una nueva historia. La de que no haya más generaciones que no sepan de vueltas olímpicas. Con Diego en el cielo, con Leo en la tierra. Que ese sueño de todos se haga realidad. Que haya un nuevo Maracanazo, pero en colores. Y con Messi levantando la Copa.

FINAL

  • Sábado 10/7, a las 21: Brasil vs. Argentina – Río de Janeiro (Maracaná) – DirecTV Sports, TyC Sports y TV Pública