Racing se perdió goles increíbles en Perú, pero lo ganó sobre el final con la aparición de dos jóvenes ingresados: Banega y Garré. Así derrotó a Alianza Lima y acaricia los octavos. ¡Bien!
Racing feliz en Lima.
Respiró aliviado Racing. Justo en el momento en que el partido pareció irse de sus manos, ya sobre el final, un jugadón frente al arco, lleno de piernas peruanas, encontró un taco de Fértoli y el derechazo del pibe Banega, Lo ganó la Academia cuando ya había perdido toda la lucidez que había tenido en el primer tiempo. Cuando en las redes sociales ya había malestar con Sebastián Beccacece por haber desdibujado con sus cambios a un equipo que en el primer tiempo había pasado por arriba a Alianza Lima y sólo había adeudado el gol.
El entrenador llegó a destino tomando el camino equivocado. Más allá del 2-0 con dos pibes a los que metió en el segundo tiempo, metió mano a destiempo cuando sus jugadores no lo ameritaban. Ni siquiera Reniero, quien había fallado un penal al ejecutarlo sobradamente, se mereció salir en el entretiempo. Toda la calidad de Melgarejo encontrando espacios por derecha y la presencia física del ex Racing desapareció cuando, en verdad, el equipo de BKCC debió haber insistido con el mismo método. Extrañamente, dejó como falso nueve al paraguayo, Garré entró de extremo y Alcaraz, de apenas 17 años, fue de interno. Al chiquilín, de grandes condiciones, todavía le falta un golpe de horno para tamaña responsabilidad. Fue así como el segundo tiempo se emparejó, aunque siempre con Racing tomando el protagonismos del partido.
Ya no hubo cabezazo de Fértoli al travesaño, un mano a mano insólito de Montoya y un remate de Melgarejo que pegó en un ángulo. La Academia terminó siendo un equipo con juego por las bandas pero que no tenía quien terminara las jugadas. Ese segunda mitad también encontró alguna contra de gol de los peruanos y el empate ya no era mirado con tan malos ojos por el equipo argentino. BKCC, confusamente, pareció sobreactuar sus reflejos como técnico. Buscó arreglar problemas donde no los había y generó otros donde la cosa funcionaba de maravilla.
Así y todo la Academia lo terminó ganando por el peso de sus individualidades en espacios reducidos. Bien por el pibe Banega, quien entró para reemplazar a Marcelo Díaz y terminó poniendo el 1-0 en el punto de penal, a los 42 minutos del segundo tiempo.
El triunfo en Lima puso a la Acadé con un pie y medio en los octavos de final y lo mantiene en carrera para robarle el primer puesto a Nacional, con el que se volverá a enfrentar la semana que viene en Montevideo. Ya con Zaracho y Lisandro López, el DT contará con más variantes má allá del piberío que le salvó las papas cuando Sebastián iba a estar en el centro de las críticas por sus cambios.
Lo ganó Racing con fútbol y posesión. Ante un rival de poca jerarquía, la falta de definición no se cobró su parte y miró para otro lado. La próxima, sin embargo, puede salir caro.