Todo el mundo habla de la segunda Superfinal de la Copa Libertadores que se jugará este sábado desde las 17 en el Monumental (Fox Sports), donde River y Boca definirán quién será el campeón de América y el dueño de todas las alegrías por mucho tiempo.
Como se sabe, en la definición de los torneos continentales no pesan los goles como visitante. Eso quiere decir que los tantos de Lucas Pratto y Carlos Izquierdoz, en contra de su propia valla, no tendrán injerencia en caso de que el partido en Núñez termine 0-0 o 1-1. Tampoco pesarán si el partido termina 3-3 –algo que beneficiaría a Boca con el reglamento que se utiliza hasta las semifinales–.
Así las cosas, cualquier igualdad estirará la definición al alargue y, si en los 30 minutos extra no hay un ganador, el rey del continente saldrá de la definición por penales.
Sin embargo, hay que estar atentos a dos innovaciones reglamentarias que jugarán un papel preponderante en la Superfinal.
La primera es una modificación impulsada desde hace dos años por la FIFA que consiste en la posibilidad de hacer un cambio adicional en el tiempo suplementario. Se comenzó a utilizar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, pero el público todavía no está acostumbrado a esta variante.
De este modo, una vez cumplidos los 90 minutos reglamentarios, los directores técnicos Marcelo Gallardo y Guilermo Barros Schelotto podrán meter mano en sus equipos en caso de una lesión o, simplemente, en la búsqueda de revitalizar a sus equipos para buscar el triunfo en los 30 minutos extra.
La otra innovación, mucho más reciente y que seguramente podrá ser el foco de polémicas eternas, tiene que ver con el uso del VAR, que cumplirá un papel fundamental en la definición por penales. Y no sólo para determinar si la pelota traspasó o no totalmente la línea de gol.
Es que el árbitro principal, en este caso el uruguayo Andrés Cunha, y el asistente que se colocará en la línea de fondo tendrán la ayuda de la tecnología (Leodán González estará al frente) para determinar si los arqueros se adelantan en los mano a mano con los ejecutantes. Habrá que ver cuál es el nivel de tolerancia de los jueces que están frente a los monitores.
Ojo, la mira no sólo estará puesta en los arqueros. También hay una recomendación para controlar los movimientos de los encargados de los remates, a quienes se les obligará a repetir la ejecución en caso de frenar la carrera en forma grosera y también si llegan a tocar la pelota dos veces.