A seis cuadras de la sede del club y 30 años después de haberlo perdido todo, el Club Social y Deportivo Huracán vuelve a abrazar la ilusión de tener la casa futbolística propia. Un club que nació siendo una pelota de fútbol en 1919, y que por el fútbol sobrevivió en sus épocas más oscuras entre 1994 y 2008, supo ser señero de grandes estadios en la ciudad y hoy está un poco más cerca de restituir el sueño de la cancha propia, avanzando en el predio de 87 y 54.
Por estas horas, desde la dirigencia del Globo y la subcomisión de fútbol se dieron a conocer algunas de las imágenes de dicho predio que cuenta con unas dimensiones de 167 metros por 100, donde crece el futuro estadio cuyo campo de juego será de alrededor de 100 metros por 70. Ya no están físicamente dos de los más grandes dirigentes de la historia del club como Carlos “Lito” Almassio o Américo Díaz, pero la influencia de ambos es medular en el proyecto, y eso se encargó de explicarlo el arquitecto de la obra, Martín Díaz, justamente nieto de una gloria futbolística de Huracán, como fue Américo.
En diálogo con T S N Necochea, Martín Díaz informó primeramente que “este predio está en 87 y 54 y pertenece al Club Huracán, es del año 2005 y lo compró quizá nuestro dirigente más importante que fue Carlos Alfredo Almassio, y hoy nos sentimos muy orgullosos de estar honrándolo y estar terminando la obra del campo de juego para dentro de poco estar entrenando después de 30 años. Huracán en el ’94 perdió su estadio que estaba donde hoy está el Supermercado Toledo”.
Martín valoró el “trabajo colaborativo de mucha gente” para avanzar en la obra y agradeció principalmente a la Municipalidad por la maquinaria y el aporte de arena, como así a Vialidad provincial. Desde lo técnico explicó que “se hizo la nivelación con equipo GPS para darle el gálibo a la cancha, es decir, las inclinaciones para que el agua escurra. Fue un trabajo de unos 7 meses y ahora estamos viendo los frutos de cómo crecen los primeros pastitos con sus malezas”. Palpitó que pretenden tener para agosto o septiembre al equipo de Primera entrenando allí “y ese va a ser un día histórico”.
Además de ser nieto de Américo, Martín es hijo de Daniel Díaz -otro nombre que es sinónimo de Huracán-, hermano de los mellizos Emmanuel y Leandro (actuales integrantes del plantel de Primera), e hijo de Anabel Corino, secretaria del Club desde la refundación del mismo. Toda una familia que respira Huracán. “Mi abuelo fue miembro de la comisión directiva, siempre estuvo vinculado al fútbol y hasta el último suspiro de su vida preguntaba por Huracán”, recordó en referencia a Américo, y aseguró sonriente que “la primera palabra que decimos nosotros es Huracán”.
De aquel primer estadio en 1933 con la primera tribuna de cemento en la ciudad, y de la inmensidad del estadio “General Mariano Necochea”, a la nada misma. Así quedó Huracán en los primeros años de la década del ’90, pero ello es parte del pasado y hoy el sueño del estadio está más latente que nunca, porque al fin y al cabo, como dijera el mismísimo “Lito” Almassio, “las obras que se hacen con amor, nunca se destruyen”.
Imágenes de cómo se ha ido trabajando en el predio