Se terminaron las palabras, la espera y lo “prohibido”. La pelota vuelve a rodar y, lo más importante, aunque sueñe demagógico, es que todo salga bien. Tanto se ha hablado en todos estos años que mucha gente estuvo más asustada que contenta por la reedición del viejo clásico de Mar del Plata. A las 15.35, cuando Nazareno Arasa haga sonar su silbato en el José María Minella, empezará una nueva era y viviremos una fiesta con la gente de Aldosivi que “copará” el sector del estadio asignado, mientras que los de Alvarado harán lo propio en su Villa Deportiva, donde se juntarán para ver el partido.
Es muy difícil analizarlo desde lo futbolístico cuando hay en juego tanto desde lo emocional. Lo planificado por los entrenadores tendrá que prevalecer por sobre los nervios y la ansiedad de un partido así, magnificado por tantos años sin jugarse. Pero Andrés Yllana y Mauricio Giganti lo sabían y, por eso, en la semana han hecho hincapié no sólo en lo táctico y estratégico sino también en lo mental. Que el rival será un plus, pero que no hay que excederse porque puede
Los dos llegan después de resultados no esperados pero en una posición expectante y un arranque de torneo quizá por encima de las pretensiones. Pero este partido es un torneo aparte y hay que ganarlo. Porque dará tranquilidad para trabajar de cara a lo que viene y será
El Minella será una fiesta para la gente de Aldosivi. Alvarado vivirá la suya en su predio deportivo y todos deben entender lo que los protagonistas se cansaron de resaltar.Hay rivalidad, se quieren ganar y vale mucho más que los tres puntos, pero eso pasa adentro de la cancha, afuera todo tiene que ser en orden para que el clásico haya regresado para siempre.
Fuente: 0223