Unas 5 mil personas coparon el Estadio Panamericano este domingo para vivir una verdadera fiesta del fútbol en la final Rivadavia y Villa Díaz Vélez, hasta que uno de los tablones de la tribuna visitante dijo basta y casi se pasa de la alegría a la tragedia en un abrir y cerrar de ojos. Dios quiso que se quedara en el “casi”, porque fue una desgracia menor y a pesar del horrendo momento que vivió la parcialidad visitante con el grupo de hinchas que cayó, y de las lesiones puntuales de los tres chicos que se llevaron la peor parte al caer al vacío desde unos 5 metros de altura, con el correr de las horas llega el alivio de saber que no hubo víctimas fatales y que pudo haber sido una página de las más tristes del deporte local.
A propósito de los hinchas que más sufrieron los momentos de pesadilla, se tratan de Mario Maier, Joaquín Silva y Matías Navarro, como se los puede individualizar en la foto en el orden de izquierda a derecha. Maier de lentes de sol y gorra para atrás, quien terminó con un tajo en la cabeza y varios golpes en el cuerpo pero ya fue dado de alta; en el medio Silva de gorra para atrás y camiseta de Villa, quien también sufrió un golpe en la cabeza y en el codo por lo que recibió varios puntos y permanecía en observación hasta esta mañana; y a la derecha Matías con remera oscura, lentes y una especie de cuellera naranja, quien era el que tocaba el redoblante y se llevó el saldo más negativo al sufrir fractura expuesta de muñeca, por lo que fue intervenido quirúrgicamente con éxito y continúa internado.
No obstante, el grupo que cayó desde esa altura fue mayor, se estima más de diez personas, entre ellos un menor que también fue hospitalizado pero le dieron el alta enseguida y algunos otros con lesiones menores que no necesitaron de atención prolongada. En tanto, hubo otros que no llegaron a caer porque algún compañero de tribuna logró sujetarlo.
El gol de Eduardo “Kuky” Berón fue a los 19 minutos del primer tiempo y el suceso en el que cedió el tablón en la tribuna visitante fue a los 27 minutos, por lo que evidentemente el salto constante de la hinchada hizo que trabajara de por más un concreto que no estaba en condiciones, pero eso ya forma parte del análisis del diario del lunes y por lo pronto solo habrá que conformarse con que no pasó una tragedia mayor.