La historia del hombre de 83 años que vio los partidos de la Selección argentina frente a la vidriera de un comercio de electrodomésticos en generó furor en las redes sociales. Sobre todo porque Carlos “Tito” Bejar recibió de regalo una televisión de 55 pulgadas pero decidió que este domingo la final entre Argentina y Francia la mirará sentado en su reposera y desde la vereda. Es su cábala.
Con todo, el hombre oriundo de Entre Ríos confesó que va a ver “la final de la Copa del Mundo ahí”. Pero lo más lindo es que esta vez no va a estar solo. Los vecinos del barrio ya se están organizando en redes sociales para acompañar a Tito con sus reposeras, incluso los dueños del local que tiene la TV en la vidriera no tendrán problema en ser los anfitriones del ansiado partido.
“Estoy feliz”, dijo Carlos en una nueva charla con TN: “Tengo un montón de clientes que me muestran en sus celulares fotos y videos en los que estoy yo y es emocionante. El domingo la gente me va a acompañar”.
La Selección de Messi llegó a la final del Mundial y ahora todo es entusiasmo. Pero el comienzo fue un tanto estresante, cuando la Scaloneta cayó 2 a 1 ante Arabia Saudita en el debut. Luego de ese traspié, la albiceleste derrotó a México y necesitaba un resultado favorable ante Polonia para clasificar a los octavos de final como primero de su grupo.
Fue justamente en ese partido, que se comenzó a hacer viral el encuentro de una señora con unos jóvenes para festejar el triunfo de la Argentina en un semáforo. El grupo de amigos le creó un cantito que simplemente dice “Abuela LA LA LA” de manera repetida y basada en el tema “Go West” de Pet Shop Boys. El éxito del video fue inmediato y la nueva “cábala” se repitió en los partidos siguientes contra Australia, Países Bajos y Croacia.
En este punto, entonces, podemos decir que tenemos a Maradona, tenemos a Messi y tenemos a dos abuelos fanáticos de la Selección. Lo mejor de todo es que son dos cábalas. Y si las cábalas se unen, los resultados podrían ser alucinantes. Paraná busca la imagen de la famosa abuela sentada en una reposera junto a Tito y posiblemente lo consiga.
“Si algún día los muchachos (en referencia a los jugadores de la Selección) saben de mi existencia, ganen o pierdan, quisiera que me firmen un autógrafo o una camiseta. ¡Vamos muchachos!, gritó Carlos entre eufórico y emocionado: ¡Vamos que se viene la Final!
TN