Fotos: Gabriel Piacquadío-CAYnet.com .ar
Por el capítulo 5 de la primera rueda, este domingo se completó parcialmente la fecha ya que la violencia otra vez opacó al fútbol ya que en San Cayetano, en la disputa del clásico de la vecina ciudad entre Sportivo e Independiente en el “Felipe Serafini” una agresión al asistente numero 2 obligó a que se suspendiera el encuentro debido a este incidente.
El árbitro Miguel Amuchástegui el pasado domingo ya había sido muy cuestionado cuando dirigió el clásico Norte-sur entre Mataderos y Villa del Parque y si bien en esta oportunidad su arbitraje se conducía por los carriles normales, a los 23´del inicio del PT decidió suspender el encuentro ante una supuesta agresión a uno de los líneas por lo que su figura nuevamente se halla en el foco de la tormenta ya que se ve envuelto, una vez más, en una situación polémica.
El partido, solo 23 minutos
Sobre el partido en si, a esta altura era favorable al “Chimango” quien ganaba con gol de Lucas Muñoz en un partido áspero, poco vistoso, típico de un clásico de pueblo en el que nadie regala nada.
Todo se desmadró cuando en una jugada de ataque por parte de Sportivo que quería el empate Darroquy de Independiente se tira al piso intentando tapar la pelota ante un remate de Coppens situación que Amuchástegui interpretó como penal.
Como era de esperar, la visita protestó airadamente pero la situación empeoró cuando el asistente anunció que era posición adelantada por lo que los dueños de casa enfurecidos fueron a reclamarle y entre el tumulto que se originó el línea cayó al piso, alegando luego que había sufrido la agresión de Darío Aranguren, arquero y capitán de Sportivo.
Suspendido
Con este marco todo parecía descontrolado y para llevar nuevamente a la normalidad un partido que ya se había desnaturalizado solo con temple, carácter y firmeza desde la terna arbitral podría enderezarse nuevamente.
Conscientes, quizás, de que el error humano era el responsable de que todo terminara de esa manera, el árbitro optó tal vez por la opción más facilista: suspender el partido y sacarse el asunto de encima y que decida, de aquí en más, el Tribunal de Penas.
Cuando todo estaba preparado para la fiesta no pudo ser y opacó todo lo bueno que se venía haciendo en una fecha que tuvo varios partidos, a priori, “complicados” pero que no había sucedido nada grave.