Raúl Hilario Rosales es alumno de la Escuela de Adultos de Victorica. Cuando tenía edad para hacer la primaria, estaba en los toldos de hacheros, en la zona de Rancul, de donde es oriundo. Hace siete años, el destino lo cruzó en una marcha de docentes en la plaza de Victorica, con la profesora Emilce Cecilia Álvarez, que lo invitaría a inscribirse en la Escuela de Adultos N° 7 de aquella localidad, para hacer su educación primaria.

Raúl Hilario Rosales

Raúl aprendió a leer y escribir a los sesenta y dos años de edad. Fue su primera maestra María del Carmen García Pacheco. Luego vendría la educación secundaria, formación que culminará este año, con fiesta de egresados incluida. En ese trayecto, el responsable pedagógico de la institución educativa, el docente Pablo Antonio Gualpa -percibiendo el talento literario de este alumno-, animaría a Raúl a participar de los Juegos Culturales Evita, siendo la escritura su canal de inspiración.

Su primera producción sería una poesía titulada “Nunca es tarde para aprender”, todo un mensaje esperanzador, fruto de su propia experiencia personal. Este año, en los mismos juegos desarrollados en la capital pampeana, Raúl presentó el cuento titulado “El río Atuel también es pampeano”, quedándose con el segundo puesto del certamen, convirtiéndose en todo un orgullo para sus compañeros y docentes.

“Tuve una infancia triste…”, contó al periodista Cristian Acuña, del portal Infohuella. “Me crié sufriendo y luchando, había que vivir el día a día, no había posibilidades de ir a la escuela, había que salir a trabajar. Llevé más de cincuenta años como hachero… de grande entendí lo que era la escuela… la adversidad te enseña a tener sentimientos… valorás cuando has sufrido y no querés ver a otros sufrir, porque vos ya lo pasaste. Estoy feliz por lograr todo esto para la escuela, para mis compañeros, profesores, por la vida… por lo que la vida me da hoy… por lo que no pude ser antes. Nunca bajé los brazos, siempre quise aprender. Voy a seguir apoyando esto… así como aprendí yo, tiene que aprender otro, hay que colaborar, así como la escuela te da, vos también tenés que dar”.

Ahora la diputada provincial y vicepresidenta primera de la legislatura pampeana, Alicia Mayoral, ingresó un proyecto de resolución para declarar de Interés Legislativo la participación de Rosales en los Juegos Culturales Evita.

“El presente reconocimiento legislativo, además de resaltar la condición humana de una persona en particular, se hace extensible a tantas y tantos otros adultos mayores, que luego de una vida de trabajos y sacrificios, encuentran un espacio de tiempo y lugar para superarse a sí mismos, para adquirir conocimientos y expandir su valoración moral y espiritual. A todos ellos y ellas, nuestra más sincera felicitación y estímulo de continuidad”, dijo Mayoral.

Rosales nació el 30 de octubre de 1959 en Rancul. Hijo de Ramona Garay y de Rolando Rosales, provenientes de Arizona (San Luis), ambos trabajadores rurales, hacheros en el monte. “El trabajo de las y los hacheros, siempre fue y es una tarea sacrificada y escasamente remunerada, especialmente en este caso para una familia constituida por once hijos, entre ellos Raúl. La situación se agravaría, tras la separación del matrimonio, teniendo los hijos que salir a trabajar inmediatamente para ayudar a esa madre sola a sustentar el hogar familiar”, expresó Mayoral. “De muy pequeño, Raúl se internó en el monte junto a otros hacheros mayores, para desempeñarse en esa dura tarea, sin poder iniciar su formación educativa básica.

Sin embargo, esa compleja circunstancia de su vida, jamás lo desalentaría en la idea de algún día poder concretar su educación primaria, e incluso secundaria”, agregó.

“Raúl Hilario Rosales, con su ejemplo de vida y superación personal, merece la presente distinción legislativa, al devolvernos a todos nuestra esperanza en la noble condición humana que nos identifica. Don Raúl supo transformar las adversidades que le presentó una vida difícil, en el motor que impulsó su propio cambio hacia esa otra vida mejor y posible. Fue y es alumno y maestro al mismo tiempo, su constancia y humildad lo definen y enriquecen, convirtiéndose en un testimonio sano y necesario para otras y otros que buscan superarse en base al esfuerzo y la lucha personal”, finalizó.

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