Este miércoles, a partir de las 19 horas, en la sede de la Escuela de Arte Orillas del Quequén sito en calle 50 y avenida Jesuita Cardiel; y en el marco del 3 de junio “Ni una menos”, se nombrará el espacio de muestras de Artes Visuales como Claudia Iraola.
También se dará apertura a la muestra Des-Archivar, que expondrá obra de la artista quien egresó de la Escuela de Arte Orillas del Quequén y desarrolló una prolífica producción artística, además de ser docente de Artes Visuales.
“La decisión que ha movilizado la necesidad de llamar al Espacio con su nombre es que la memoria de Claudia Iraola, cruelmente asesinada, víctima de lo que hoy conocemos como Femicidio, esté presente en la memoria colectiva de nuestra Escuela y de nuestra Ciudad” indicaron desde el establecimiento.
Esta inauguración se enmarca dentro de una serie de actividades que institucionalmente se vienen realizando y que persiguen como fin visibilizar y erradicar la violencia de género.
La profesora de arte, de 37 años, fue asesinada en mayo de 2001. Su marido, Marcelo Llinás, la había quemado viva cuando ella le pidió el divorcio. Su cuerpo estaba en el baúl del auto, en el parque Miguel Lillo.
El reconocido productor agropecuario necochense fue condenado dos años más tarde a la pena de 22 años de prisión por el homicidio. Hubiera correspondido la prisión perpetua, pero entonces no existía todavía la figura del femicidio y además, para dos de los tres jueces que lo juzgaron, el anuncio de su mujer de querer terminar con la relación lo shockeó y esto fue un “atenuante”.
El fallo fue cuestionado y apelado. No obstante, Llinás solo pasó 12 años preso y recuperó su libertad beneficiado por buena conducta y por el régimen del dos por uno, según el cual las personas detenidas preventivamente durante más de dos años tenían el derecho a compensar la demora del Estado en llevarlas a juicio, computando doble el tiempo en exceso que permanecieron detenidos sin condena. Dicho régimen fue derogado después por la Ley N.º 25.430.
El femicida condenado nunca se fue de Necochea. Entró y salió de la cárcel, y actualmente camina por las calles de la ciudad.