Gran cantidad de chicos se vuelcan a las piruetas que reporta este deporte urbano

El parkour es una disciplina que no es nueva, aunque poco conocida en nuestro medio por la gran mayoría. Quienes la conocen y la practican no necesitan de muchos datos, pero lo pocos que la conocen y no la practican, una gran parte solo tiene una vaga idea de que se trata, aunque seguramente si saben que se trata de un deporte o actividad de destreza física donde el o los individuos escalan, saltan y sortean todo tipo de obstáculos, especialmente en un ámbito urbano, aunque no exclusivamente como veremos más adelante.

¿Se practica parkour en Necochea y Quequén?

La respuesta es Sí. En nuestro distrito siempre hubo grupos aislados que llevaron esta practica como su actividad secundaria y, en algunos casos, su único deporte de esta actividad que es tan atractiva para los más jóvenes que siempre buscan deportes extremos, arriesgados y de mucha demanda energética ya que con esta entrega por parte del individuo la devolución es un gran acondicionamiento físico, pero por sobre todo la emoción que reporta junto con la consecuente adrenalina.

Aunque la primera imagen que se le viene a la mente a quien solo vio parkour por YouTube o TV es que es un deporte de saltos a edificios, pasar de un techo al otro, hacer piruetas arriesgadas y muy difíciles de hacer, en parte es cierto, pero cabe aclarar que quienes salen en estos videos siempre son profesionales con muchos años de entrenamiento y niveles difícilmente alcanzables para el iniciado.

Por ello, y para desmitificar esta imagen de deporte “peligroso” que es para unos pocos se puede decir de él que puede ser practicado por todos, incluso sin límites de edad.

Ya Necochea posee un espacio para tal fin. Se trata de una escuela para todos los niveles donde se enseña desde cero a practicar esta actividad teniendo en cuenta la condición inicial del individuo además de otros factores.

Como señaláramos más arriba que este deporte se practica en Necochea desde hace algún tiempo, pero la ciudad no contaba un lugar donde se enseñara desde sus fundamentos, aunque eso ahora cambió a través de Suna Parkour Deportivo, nombre con el cual pueden encontrar esta escuelita en Instagram quien es la encargada de dar los primeros pasos a quienes quieren empezar en el parkour.

El profesor de Educación física Adrian Retamozo junto a sus colaboradores Aarón Nicoletti, Chiara Peña, Benjamín Bertone, Sasha Rothen, Jazmín Cabello y Estrella Olmos se ocupan de la docencia en esta escuela recientemente creada enseñando a gran cantidad de alumnos donde hasta los padres se animan a los saltos y la exigencia de esta interesante actividad.

En un entorno al aire libre y natural el parque y la playa son los lugares elegidos como punto de encuentro a partir de las 17,30 horas con epicentro en el anfiteatro del parque cada lunes, en las escalinatas de Avenidas 10 y 91 del parque Miguel Lillo los miércoles y en la Rambla Municipal de Avenida 2 y calle 83 de la villa balnearia los viernes.

Introducción a la disciplina

Para no caer en errores conceptuales y para dar una idea general nos remitimos a la Wikipedia, allí dice bajo la entrada Parkour:

es una disciplina física basada en la capacidad motriz del individuo, desarrollado a partir del método natural. Los practicantes son denominados traceurs/traceuses y tienen como objetivo trasladarse de un punto a otro del entorno de la manera más sencilla y eficiente posible, adaptándose a las exigencias del mismo con la sola ayuda de su cuerpo. Además, se puede considerar una forma de expresión en cuanto a la libertad, el contacto con todo medio externo y el dominio sobre el propio movimiento natural de cada individuo”.

El parkour se practica tanto individual como colectivo en cualquier entorno, no exclusivamente en espacios urbanos. Cada practicante decide hasta qué punto involucrarse en su entrenamiento y cómo enfocarlo. Su práctica implica la adaptación al entorno para superar los diferentes obstáculos presentes en un recorrido”.

Se desarrolló en Francia, inicialmente por Raymond Belle y posteriormente por su hijo David Belle y su grupo de amigos, los autodenominados Yamakasi, a finales de los años 1980. La disciplina se popularizó al final de la década de 1990 y al principio de 2000 gracias a películas, documentales y anuncios televisivos protagonizados por los Yamakasi”.