El 24 de junio de 2000, una noticia que paralizó al país. Rodrigo Bueno, conocido popularmente como “El Potro”, había muerto en un accidente de tránsito. Y a 22 años de aquella fatídica madrugada en la que el cantante cordobés iba a bordo de una Ford Explorer junto a su ex pareja Patricia Pacheco, su hijo Ramiro, el actor Fernando Olmedo -quien también perdió la vida-, el músico Jorge Moreno y el locutor Alberto Pereyra, su partida sigue generando conmoción y nostalgia.
A los 27 años, el intérprete de Lo mejor del amor, Ocho cuarenta, Amor clasificado y Soy cordobés estaba en el mejor momento de su carrera. Había logrado que su cuarteto sonara a lo largo y a lo ancho de la Argentina, era una figura recurrente en los programas de televisión más vistos y venía de ofrecer una seguidilla de 13 conciertos en el Luna Park que marcaron un hito de la música popular.
En medio de esa vorágine, el viernes 23, “el Potro” participó de la grabación de La Biblia y el Calefón, el programa de Jorge Guinzburg en Canal 13, y a la salida fue a cenar al restaurante El Corralón, acompañado por su representante, algunos músicos, Patricia y Ramiro. Allí conoció a Fernando, uno de los hijos de Alberto Olmedo, y lo invitó a el show que debía dar esa noche en el boliche Escándalo de La Plata.
Luego de la presentación que duró más de dos horas, Rodrigo decidió emprender el regreso a su casa manejando y en la autopista Buenos Aires- La Plata, a la altura de Berazategui, encontró su triste final.
Tras rozar la camioneta del empresario Alfredo Pesquera, el cantante perdió el control de su vehículo, se estrelló contra la barrera de protección y, al no tener el cinturón de seguridad, fue expulsado hacia el exterior y perdió la vida en el acto.
En ese momento, Ramiro tenía apenas 3 años, pero el paso del tiempo hizo que tomara dimensión de lo que había vivido. “Me di cuenta de cómo nos salvamos con mamá, para mí en ese momento volví a nacer”, reveló en una entrevista con Pasa Montagna, en Radio Rivadavia. “Yo hoy podría no estar acá y estar con mi viejo allá arriba”, destacó el joven que se recibió periodista deportivo, estudia la licenciatura en Comunicación Audiovisual, pero también encontró su vocación en la música urbana.
Le tocó crecer sin su papá, pero con el recuerdo constante de lo que “el Potro” causó con su música y carisma. “Entender quién fue mi viejo fue un proceso bastante amplio. La gente me paraba en la calle y me decía: ‘Tu papá era un artista impresionante’ y tomé magnitud en base a lo que la gente me decía”, reconoció. Y agregó: “Para mí es una locura que me reconozcan y me digan cosas lindas de mi papá”.
Pero, más allá de la experiencia de otras personas, Ramiro tiene a disposición todo el material audiovisual que protagonizó Rodrigo a lo largo de su carrera. “Me atrae escuchar a mi papá en las entrevistas, el accidente y sus últimos días no lo veo porque no necesito ver eso; consumo quién fue él y cómo se manejaba”, explicó.
Decidido a vivir su carrera artística con tranquilidad, el joven aseguró que siempre tiene presente a su papá, a quien le dedicó una canción. “Hace dos años le hice un tema que se llama 24/05, la hice con mucho amor y fue una manera de poder lanzarme como artista y contar cosas de él”, contó y señaló. Y dio detalles del proceso de creación: “Se acercaba la fecha del cumpleaños de papá y me salió todo en la letra, es muy linda y significa mucho haber llegado a dedicarle un tema a mi papá”.
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