En la tarde de este jueves, autoridades municipales recibieron a representantes de las colectividades para comenzar a generar un trabajo articulado que sirva para hacer cada vez más atractivo el espacio que generan los inmigrantes en las temporadas estivales con el fin de compartir su cultura y raíces.
La vigésima edición de la Feria de las Colectividades del distrito de Necochea se realizará, como es costumbre, el tercer fin de semana de enero, que en 2024 caerá entre los días viernes 19 y domingo 21, y la idea para esta oportunidad es mejorar sustancialmente los espectáculos que se brindan cada año.
La representante danesa, María Eseverri, quien reveló que el objetivo de la reunión con los funcionarios de la comuna, “como habíamos acordado, era empezar a trabajar con más tiempo y lograr mejores cosas” para la edición próxima, y puntualizó que, al igual que en las anteriores, el municipio se comprometió a ceder “el espacio donde se hace el evento, el escenario, agua y luz”, además de “distintas cosas en las que nos puedan ir ayudando”.
Por su parte, Arantxa Zubillaga, una de las caras visible de la comunidad vasca en Necochea, aportó que “nosotros siempre tratamos de que la fiesta vaya mejorando, que sea de más calidad y que podamos hacer nuevos aportes, y un poco la reunión tuvo que ver con eso”.
“Hicimos un balance después de la feria de enero, para ver que se puede mejorar, y ahora estamos pensando en números artísticos o mejorar el escenario, siempre hay algo mejor para hacer y esa es la idea”, definió en cuanto a la solicitud efectuada al municipio.
Finalmente, también opinó sobre el encuentro Matilde Peláez, de la colectividad asturiana, quien definió que la realización del evento que nuclea a las distintas culturas que cohabitan en nuestro partido “es importantísima para nosotros. Sobre todo, porque significa el sostenimiento, a través de tanta cantidad de años, de lo que son las tradiciones, no solo las artísticas sino también las gastronómicas, y el acompañarnos con otra gente que llega de otras partes del país”.
En ese contexto, explicó que cada enero en los stands del Parque Miguel Lillo “se vive un clima de muchísima alegría, que a nosotros nos da fuerzas para volver otro año a ponernos todas las pilas necesarias para que nos salga cada vez mejor”.