La noticia la dio a conocer Ángel de Brito en Los Ángeles de la Mañana: Horacio Cabak se separó de su esposa, Verónica Soldato, después de 27 años de matrimonio y en medio de rumores de infidelidad. “Estoy destrozada”, contó el periodista de ElTrece que le dijo la madre de los hijos del ex modelo, Ian (18) y los mellizos Chloé y Alan (15), luego de haber encontrado las pruebas del engaño en el celular de su marido durante la noche del domingo. Y agregó: “Está abrumada. Me dijo que no sabe cómo va a seguir porque no se lo esperaba ni ahí”.
Lo cierto es que, este lunes, Cabak tenía previsto su regreso a Polémica en el bar, por América, después de haber estado dos semanas internado en la Clínica Zabala por una complicación en su cuadro de coronavirus. Y, sentado en la tradicional mesa que comanda Mariano Iúdica, no tuvo más remedio que referirse al tema del que todos comentaban. “Yo nunca hablé de mi vida privada. Hay una situación compleja, podríamos llegar a decir. Pero yo no pienso hablar ni acá ni en ningún lado”, comenzó diciendo en un intento de eludir el tema.
Sin embargo, el conductor fue claro cuando le señaló que, si no paraba la pelota él, se iba a seguir hablando del asunto. Máxime, habiendo sido su ahora ex esposa quien había filtrado la información a los medios. Entonces, Cabak continuó: “No puedo decir absolutamente nada sobre lo que pasó y las cosas que trascendieron… ¿Cómo decirlo? Yo vengo de una internación donde mi familia sufrió mucho. Y lamento profundamente estas cosas que le estén haciendo muy mal, tanto a mi mujer como a mis hijos. Pero yo soy de la idea de que esas situaciones se resuelven lejos de los medios. Así que no pienso hacer un solo comentario con respecto a lo que pudo haber pasado y a lo que pasó hoy a la mañana”.
Finalmente y después de reconocer que podía haber gente que no le creyera “absolutamente nada” de lo que diga, Cabak se sinceró al asegurar: “Mi familia no la está pasando bien con esto, por los dimes, diretes y todo lo demás”. Y así dio por cerrado su breve descargo, luego de que Soldato lo acusara de haberle sido infiel y le enviara la evidencia a De Brito.
Minutos antes, el ex modelo había hablado de sus días de internación y había dado un crudo testimonio. “Lo primero que quiero decir es Gracias. No puedo dejar de agradecerle a toda la clínica. Yo recién tuve noción de la gravedad de lo que tuve cuando salí. Nunca tuve miedo, nunca sentí ningún tipo de dolor”, comenzó diciendo sobre su estadía en el sanatorio.
Cabak contó que descubrió que se había contagiado coronavirus cuando llegó a su casa y empezó a experimentar “todos los síntomas de una gripe brutal”. “Empecé a sentir mucho dolor físico y chuchos de frío. Por precaución, me aislé de mi familia. Al día siguiente me fui a hisopar, me dio positivo y avisé a la gente que tenía que avisar. Así una semana, con una fiebre que no bajaba de 37,5″, contó. Y dijo que, recién cuando estaba transitando el octavo o noveno día de la enfermedad, se empezó a complicar su cuadro, por lo que le hicieron una tomografía.
“No sé si habrá pasado una hora, hasta que el médico vio la neumonía. Yo fui en short, ni siquiera había llevado la billetera. Ellos se encargaron de toda la internación en el Zabala”, explicó el ex modelo. Y dijo que, aunque nadie podía ir a visitarlo, en todo momento estuvo conectado a través de su teléfono celular. “En la clínica me pusieron la bigotera pero no tuve ni cerca la sensación de tener poco aire. Nunca pensé algo malo. Imaginaba el momento en que se abría la puerta y yo me iba. Me mentalicé en eso”, señaló.
Cabak aseguro que había desayunado, almorzado, merendado y cenado cada día de su hospitalización, los últimos con un “hambre voraz”. Y que sintió que los médicos “se anticipaban a cualquier jugada”. “Me dieron corticoides, paracetamol, anticoagulantes, protector gástrico, algo para la tos…”, contó. De todas formas, reconoció que hubo días en los que no podía levantarse de su aposento.
“Durante cuatro días me bañaron en la cama. Y no entiendo cómo lo hacían. Yo mido un metro noventa y peso cien kilos. Y me bañaban con agua, jabón y me lavaban la cabeza. Me tiraban agua con un jarro. No podía ir al baño para nada, ni para lo primero ni para lo segundo. Yo nunca había estado internado. Y lo más extraño es nunca saber cuándo va a terminar”, aseguró Horacio. Y contó que las últimas 24 horas de internación habían sido muy complicadas y que su familia, obviamente, se había preocupado.
Fuente: Infobae