Martín Bossi encabeza la obra teatral “La cena de los tontos” junto a Laurita Fernández y Mike Amigorena, con gran éxito en Calle Corrientes. El actor habló con Pablo Montagna para su programa “Pasamontagna” de Radio Rivadavia sobre este suceso y aseguró que ahora que está más grande empieza a disfrutar de cada momento del día.
“El escenario es mi vida, para mí no es joda. No quiero ser famoso, el arte es vida o muerte”, afirmó el comediante, que hoy es producido por Guillermo Francella y Adrián Suar y que ya no está solo sobre el escenario: “Delegar la responsabilidad en el escenario es un acto de amor muy grande, es como dejarle tu hijo a otra persona”.
Por otro lado, el humorista reveló que a pesar del gran momento laboral que viene teniendo hace años, le tocó enfrentar problemas personales como la ansiedad o la adicción a las redes sociales.
“Tuve ataques de ansiedad graves, tics nerviosos que no se veían, pero yo los sentía. Vi un especialista y me dijo ‘vamos a atacar esto, vamos a dejar el azúcar y la harina y vamos a ver cuánto consumís de redes sociales’. Consumía ochos horas de celular y dos horas de plataformas, estoy como un adicto trabajando en el menor consumo de redes, recurrí de vuelta a la lectura y está apareciendo la inspiración. La sensación de autoestima más baja, está desapareciendo. El gran negocio es ser cliente de la presencialidad, me había transformado en una mala versión en todo, el algoritmo me imponía cantantes, programas. Ahora tengo mi algoritmo y lo manejo yo. Soy un adicto en recuperación de las redes”, reconoció.
Por ultimo, habló de las críticas por parte del público: “No cambió el humor, cambió la inteligencia de la gente. Hay mucha estupidez, critican a Francella, pero escuchan la música misógina de Peso Pluma”. N A