Ricardo Piñeiro, histórico representante de modelos, murió este miércoles pasado el mediodía. Estaba internado en el Sanatorio Otamendi, donde fue derivado tras sufrir un ACV hemorrágico el domingo. Profunda consternación en el mundo del espectáculo, que recién se recuperaba de esta información cuando ocurrió el fallecimiento, que Infobae pudo confirmar con su círculo íntimo.
Según le confirmó a este medio el director del SAME Alberto Crescenti, Piñeiro fue trasladado hasta el Hospital Fernández luego de encontrarlo en su domicilio con bajos signos vitales. Horas después, el representante fue llevado hasta el Sanatorio Otamendi, según lo detalló el parte médico oficial del lugar: “El paciente se encontraba en estado reservado, con asistencia respiratoria mecánica, producto de un ACV hemorrágico”.
Desde entonces, se vivieron horas críticas en torno a su salud, y se armó una espontánea cadena de oración en la comunidad del espectáculo. Modelos, periodistas, famosos en general se volcaron a las redes para elevar una plegaria en favor de su recuperación. Hasta que la noticia de su muerte golpeó hondo en los corazones y activó inmediatamente el portal de los recuerdos.
En la década de los 90, Ricardo Piñeiro se convirtió en uno de los mayores representantes de modelos de Argentina. A partir de su agencia supo crear un imperio con las figuras femeninas más destacadas del país, copando las tapas de revistas y los programas de televisión. Durante esos años, su escudería dirigía a las modelos más destacadas y solicitadas del momento: Andrea Frigerio, Mariana Arias, Verónica Lozano y Paula Chaves, solo por mencionar algunas de diferentes generaciones.
En 2011 sufrió un duro revés económico que lo obligó a reinventarse, un episodio crucial que significó un punto de inflexión: por una estafa perdió “hasta el nombre”, reconoció, un hecho del que asegurara que también tenía una parte de responsabilidad, por lo que aceptaba lo sucedido. Como él mismo reconociera, nunca fue un buen empresario, sino más un “idealista”, y ese tipo de experiencias son las que forjan el aprendizaje.
Con el tiempo después decidió alejarse del universo fashion y se enfocó en su vida, la cual compartía con sus perras, combinando su pasión por la fotografía. En los últimos tiempos trascendió su ayuda como voluntario en la iglesia Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón, donde colaboraba en la asistencia a personas en situación de calle. También la batalla que libró contra el alcoholismo y la sanación que encontró en el mismo espacio religioso.
Una de las primeras en manifestarse fue Fernanda Villaverde: “Richard, no puedo más del dolor. Que descanses en paz. Te amo y amaré siempre”, escribió junto a una foto en la que se los ve lookeados en composé.
Infobae