El público lo miraba extasiado. Ya no era un jovencito, estaba a punto de cumplir 70 años. Sin embargo, Sergio Denis lo daba todo en cada uno de sus shows. Y el de ese 11 de marzo de 2019 no era la excepción a la regla. Es verdad que se sentía cansado y que, quizá, no estaba atravesando su mejor día. Pero, apenas se subió al escenario del Teatro Mercedes Sosa de San Miguel de Tucumán para comenzar un recorrido por sus incontables hits, mientras se arremangaba el saco, se acomodaba el cabello y sonreía para su gente, el cantante dio cátedra de su profesionalismo. E hizo delirar a sus fans.
Entonces ocurrió lo inimaginable. Justo cuando había empezado a entonar las estrofas de Te llamo para despedirme, tema que había grabado en 1969 cuando recién estaba dando sus primeros pasos en el mundo de la música, el artista terminó cayendo a un foso de orquesta de tres metros de altura que no tenía protección. Algunos dicen que fue un accidente, otros hablan de una tragedia…La realidad es que, de no haberse montado la pasarela por la que el cantante caminó de espaldas después de interactuar con el público, todo podría haberse evitado. Y que esa impericia, cinco años más tarde, sigue sin encontrar respuesta en la Justicia.
El grito de horror fue unánime. Y el triste momento quedó registrado por las cámaras de los celulares de varios de los presentes, que buscaban llevarse un recuerdo audiovisual de su ídolo y terminaron captando lo peor. Porque el resto fue solo sufrimiento. Tras su caída, Sergio fue trasladado de urgencia al hospital Ángel C. Padilla de esa ciudad tucumana. Ingresó a la guardia con múltiples contusiones y, tras realizarle todo tipo de estudios, la directora del nosocomio, Olga Fernández, confirmó que se trataba de “un cuadro grave con pronóstico reservado”.
Después de un mes internado en la terapia intensiva de ese centro médico con un edema cerebral, entre varias lesiones, el cantante comenzó a experimentar una muy leve mejoría que permitió su traslado al Sanatorio Los Arcos de la ciudad de Buenos Aires, donde se le practicaron dos intervenciones quirúrgicas relacionadas a un derrame pleural que le comprimía el pulmón derecho y un proceso infeccioso intestinal grave. En mayo, cuando su cuadro seguía siendo complejo pero estable, sus hijos Federico, Bárbara y Victoria Hoffmann, frutos de su matrimonio con Mirta Messi, decidieron llevarlo al centro de rehabilitación ALCLA del barrio de Belgrano.
Pero la realidad es que Sergio nunca se recuperó. El 16 de marzo del 2020, en pleno comienzo de las restricciones por la pandemia del coronavirus, cumplió sus 71 años “desconectado de la realidad”, según confesaron sus allegados. Solo pudieron visitarlo sus familiares más cercanos, que solían frecuentarlo en ese lugar sin perder la esperanza de que ocurriera el milagro. Y quedaron desolados. Finalmente, un mes más tarde, el 15 de mayo de ese año, el cantante falleció.
Algunos creen que Héctor Omar Hoffmann -tal el verdadero nombre del artista- predijo su propia muerte. En 2007 sufrió un paro cardíaco en Paraguay por el que permaneció 17 minutos sin signos vitales. “Vi un lugar de mucho miedo, oscuro, negro y lo puedo contar ahora porque a veces tenía miedo de que la gente pensara que estaba medio pirado cuando contaba esta historia. La mitad de mi cuerpo estaba en un rectángulo, yo lo insultaba, para mí era el diablo. Había una ventana, era un horror”, dijo mucho tiempo después recordando ese momento. Y agregó: “Había tenido una imagen, de caerme del tablón, y yo caía en la muerte. Era un espacio negro e iba para abajo. Quería parar y no podía”.
En aquel momento, el cantante tenía 58 años y se encontraba en un hotel cuando comenzó con las dolencias. De inmediato fue trasladado al Hospital San Roque de Asunción, donde los médicos lo asistieron y lograron reanimarlo después de una intervención quirúrgica que duró más de tres horas. Sin embargo, para entonces, Sergio venía sumando demasiados embates en su vida. Tras haber alcanzado el éxito, en 1995 perdió todo cuando quiso hacerse cargo del Coliseo de Lomas de Zamora y terminó arrastrando una deuda millonaria a lo largo de 17 años. Los problemas económicos terminaron afectando su voz. Y, recién cuando pagó la última cuota que debía, pudo volver a cantar. Pero esto, sumado a su episodio de salud, lo sumió en un una profunda depresión. Y en 2010 debió internarse en un instituto psiquiátrico, ya que según contó había tomado la costumbre de automedicarse.
A pesar de todo, en 2019 el cantante soñaba con celebrar sus cincuenta años con la música con un mega show. Tenía la ilusión de llenar un Gran Rex o, quizá, un Luna Park porque estaba seguro de que tenía motivos para festejar. Decía que su profesión era muy difícil. “Es para disfrutarla, para pelearla y para llorar en silencio cuando nadie te ve”, había asegurado al anunciar este proyecto con el que le pondría un broche de oro a su carrera. Pero nunca pudo concretar su deseo. Una caída que nunca debería haber ocurrido se lo impidió.
¿En qué instancia se encuentra hoy la investigación? Bárbara, una de las hijas del cantante, dialogó con Infobae y explicó: “Lo último que supimos fue que en diciembre de 2023 llamaron finalmente a declarar a Raúl Armisen, quien era y es al día de hoy director del teatro Mercedes Sosa en Tucumán. En su declaración él responsabiliza a papá de lo sucedido y, en estos días, estamos esperando una resolución. Esto puede darse de dos maneras. O sobreseyéndolo o elevando la causa a juicio oral, que es lógicamente lo que esperamos. Pero por el momento no hay más que eso”.
Infobae