El presidente de ADEPA fue el orador en la comida por el 60º aniversario de la asociación que nuclea a medios informativos de todo el país. “Nuestra institución debe su consistencia a una armonía que no sólo tolera sino que se alimenta de su diversidad”, señaló.
La gala contó además con la presencia virtual de Marty Baron, ex director de The Washington Post y máximo responsable de la investigación periodística que destapó los escándalos de pederastia cometidos durante varias décadas por sacerdotes católicos del estado de Massachussets, caso por el que The Boston Globe ganó un Pulitzer en 2003, y que luego derivó en la película Spotlight.
“A través de la prensa, ustedes crean la vital conciencia pública de lo que es nuestra responsabilidad y una apreciación de los peligros que nos acechan”. Con esa frase pronunciada por el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy en la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa de 1963, apenas unos días antes de ser asesinado, comenzó su discurso anoche Daniel Dessein, presidente de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), en la conmemoración del 60º aniversario de la institución que agrupa a los medios informativos de todo el país.
La celebración tuvo lugar en el Hotel Sheraton de la Ciudad de Buenos Aires, y contó con la presencia de 300 invitados, entre los que se destacaron representantes de los tres poderes del estado: el vicepresidente de la Honorable Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Carlos Rosenkrantz; el secretario de Comercio de la Nación, Lic. Matías Tombolini; el secretario de Medios de la Nación, Dr. Juan Ross; los legisladores nacionales Ricardo Guerra, presidente de la Comisión de Presupuesto del Senado; Edgardo Kueider, presidente de la Comisión de Comunicaciones del Senado; Carolina Losada, vicepresidenta de esa misma comisión; y Waldo Wolf, presidente de Comisión de Libertad de Prensa de Diputados; el Jefe de Gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel; y el secretario de medios de Buenos Aires, Christian Coelho.
También participaron de la gala funcionarios de diversas áreas del estado nacional y de la ciudad de Buenos Aires, directivos de asociaciones y academias nacionales, referentes de universidades y colegas de medios de todo el país.
Dessein inauguró el evento narrando dos hechos históricos que ocurrieron el 22 de octubre de 1962, año de la fundación de ADEPA: el anuncio del bloqueo a Cuba por parte del presidente Kennedy y la realización de la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Santiago de Chile, de la que participaron 17 editores argentinos, quienes allí tomaron la iniciativa de fundar una asociación de medios. “Esta noche están presentes descendientes de algunos de ellos”, reveló Dessein: “Nietos o sobrinos nietos de Antonio Maciel, Riobó Caputto, Roberto Romero”.
“En aquellos días, en los que se debatían los ataques y amenazas para la libertad de prensa en el continente, y en los que el mundo vivía azorado ante la posibilidad de una guerra nuclear, esos editores argentinos decidieron crear una organización para la defensa de esa libertad a nivel nacional”, expresó el presidente. La fundaron al regresar a su país, un 14 de diciembre de 1962. Así nacía ADEPA.
En sus seis décadas de vida, la presidencia de ADEPA ha sido ejercida por directivos de medios de toda escala, naturaleza y línea editorial, expresó Dessein, al tiempo que destacó las gestiones de los expresidentes Guillermo Ignacio, José Claudio Escribano, Martín Etchevers, Carlos Jornet, y el rol clave que tuvo como asesor legal de la entidad el Dr. Gregorio Badeni, hasta su fallecimiento en 2020.
La democracia y la prensa, entrelazadas
“Sin una prensa independiente, y esto implica una prensa económicamente viable, no hay democracia posible”, aseveró Dessein en otro pasaje de su discurso. “La pandemia dejó, a nivel global, una industria periodística más frágil. La migración de ingresos publicitarios hacia las grandes plataformas tecnológicas se incrementó extraordinariamente. Una prensa con sus bases debilitadas requiere una entidad atenta a las tendencias, con capacidad de orientarla en sus decisiones estratégicas y de defender eficazmente sus derechos y la función que cumple en nuestra sociedad. Nunca antes la unidad de nuestra industria fue tan relevante. En tiempos de incertidumbre, el periodismo requiere una institución vigorosa que la represente”, agregó el presidente de ADEPA.
“Alfonsín habló una noche como hoy”, continuó el orador. “Una noche en la que ADEPA celebraba su primer cuarto de siglo hablaba el presidente de un país que fue pensado en la prensa. Y, seguidamente, citó al expresidente, fallecido en 2009: ‘Seríamos poco coherentes si llegáramos aquí para lamentar que no siempre estemos de acuerdo, porque nada sería peor para un gobierno democrático que contar con una prensa incondicional, ni nada sería peor para los periodistas, para los editores, que un presidente agradeciéndoles su complacencia”.
Hacia el cierre de su mensaje, Dessein se remontó a los años ochenta para trazar un paralelismo con la actualidad: “En este 2022, en Argentina aparecen reminiscencias de los 80. De sus luces y sombras. Por un lado, las distorsiones económicas del final de esa década. Por otro, una hazaña institucional –y hoy tenemos aquí a algunos de sus protagonistas-, la hazaña de restaurar un orden jurídico quebrado durante los gobiernos militares. Hoy la sociedad afronta dilemas con algunos puntos de contacto con esos antecedentes. La prensa, otra vez, es un espacio que la ciudadanía tiene para pensar sus desafíos”, concluyó el presidente de Adepa.
Marty Baron: “Existe una necesidad de descubrir los hechos y de hacer que los políticos rindan cuentas, pero no es una guerra: es una misión”
En otro momento de la celebración del 60º aniversario de ADEPA, subieron al escenario Chani Guyot, CEO y actual director de RED/ACCIÓN, y Adriana Amado, investigadora y analista de medios, para mantener un diálogo con un invitado sorpresa: Marty Baron, que se conectó vía zoom desde Estados Unidos.
Baron es una leyenda del periodismo global, con una extensa y premiada trayectoria, a cargo de las redacciones más importantes de Estados Unidos, como The Washington Post, The Miami Herald, Los Angeles Times y The Boston Globe. Bajo su dirección, esos medios ganaron en conjunto 17 Premios Pulitzer, el reconocimiento más importante de la prensa norteamericana.
Entre las importantes investigaciones que encabezó, una de las más reconocidas fue la denuncia sobre los escándalos de pederastia cometidos durante varias décadas por diferentes curas del estado de Massachussets, caso por el que The Boston Globe ganó un Pulitzer en 2003, y que luego derivó en la película Spotlight.
Durante el diálogo, los entrevistadores destacaron la calma de Baron, cualidad tan característica que alcanzó la pantalla grande: el actor que lo interpretó en Spotlight (Liev Schrieber) fue instruido a transmitir esa misma tranquilidad. “Eso lo logré antes del impacto de Internet”, dijo Baron, sonriendo. “Mucho ha cambiado desde entonces”. El año pasado, Baron se retiró de su cargo como director de The Washington Post.
A continuación, el diálogo completo que mantuvieron.
Pregunta: ¿Cuáles consideras los principales desafíos del periodismo? ¿Han cambiado desde que dejaste tu cargo en el Washington Post hace dos años?
Marty Baron: Los desafíos son los mismos, y están relacionados con el ejercicio de la profesión, el entorno mediático e informativo actual, y el negocio, porque muchos medios no han encontrado aún un modelo sostenible.
Pregunta: ¿Cuál es el principal enemigo del periodismo?
MB: El enemigo es la difusión de noticias falsas, incluidos los políticos y las personas deshonestas. Muchas personas no saben qué creer. En este entorno es muy difícil ganarse la confianza del público porque muchas personas creen sólo en los políticos, o creen que todo el mundo miente, o directamente no les importa la verdad. Pero para nosotros no hay otra prioridad más urgente que combatir esta tendencia en las sociedades.
En 2017, Trump dijo que estaba en guerra con los medios. Y cuando un entrevistador me preguntó sobre eso, le dije que no estábamos en guerra, sino que es nuestro trabajo. Existe una necesidad de descubrir los hechos y de hacer que los políticos rindan cuentas, pero no es una guerra: es una misión.
Pregunta: Si tuvieras que hacer una autocrítica sobre estos últimos años como periodista, ¿cuál sería?
MB: Lento y terco. La transición fue demasiado lenta, tuvimos demasiado rechazo en enfrentar la realidad de los cambios.
Pregunta: ¿Cómo lidias con las presiones de la profesión?
MB: ¡Decidí jubilarme! Cuando era editor del Washington Post, el desempeño de la redacción se medía por varias métricas, y una de ellas era la velocidad de nuestras alertas de noticias en comparación con las de otros medios.
Si nuestra alerta se emitía un segundo después que la de otro medio, recibíamos la clasificación número 2. Nuestro jefe quería que mantuviéramos el promedio 1 durante una semana. Los lectores esperan recibir las noticias inmediatamente y cada medio se ve obligado a seguir siendo competitivo.
Pregunta: ¿Cuál fue la decisión periodística más difícil que tuviste que tomar en tu carrera?
MB: Seis meses después de mi llegada al Washington Post tomé la decisión de publicar información clasificada sobre la vigilancia secreta que estaban realizando las agencias de Estados Unidos. Mucha gente, incluso funcionarios del gobierno, nos dijeron que habíamos puesto en riesgo a la seguridad nacional al hacerlo. Corrimos el riesgo de ser acusados de eso por la fiscalía. Pero entendimos que lo que publicamos servía al interés público.
Baron comentó que The Washington Post ya había publicado información clasificada varias veces, pero la divulgación que él propulsó no tenía comparación con las anteriores. “El pueblo debe saber lo que está haciendo el gobierno”, resaltó. “Entendimos que era un tema de interés público, y decidimos publicar”.
Pregunta: Si le tuvieras que dar un consejo a un editor o director de medio actual -como los cientos que están sentados en esta sala ahora-, ¿qué le dirías?”.
MB: Que lean un libro de Peter Drucker. Cuando me convertí en director de un medio no entendía el papel: estaba agotado al final del día pero apenas recordaba lo que había logrado. Drucker me ayudó a entender que mi misión era sacar a relucir las fortalezas de los miembros de mi equipo y utilizarlas para ayudar al desempeño de los demás individuos.
El consejo, entonces, es que las redacciones recuerden que son un equipo, y que el deber de un editor en jefe es asegurarse que todos los periodistas se comportan como tal.
Pregunta: De los 45 años en los que trabajaste como editor y periodista, ¿qué es lo que más y lo que menos extrañas de la profesión?
MB: En cada puesto que ocupé, entré de afuera de la organización. A lo largo de los años me he encargado de la cobertura de historias gigantes, pero estaba agotado y anhelaba más tiempo personal. Ahora estoy escribiendo un libro, y realmente no extraño mucho del periodismo, con la excepción de pasar mis días con buena gente. Mi ego no sufre por no ser “Editor en Jefe”.
El libro que está escribiendo Baron trata sobre sus años como Editor en Jefe de The Washington Post: la venta del periódico seis meses después de su llegada, la compra del mismo por Jeff Bezos, y la presidencia de Trump y su conflicto con el diario son algunos de los temas que cubrirá. “Me ayudarían mucho comprándolo”, sugirió Baron.
Una noche para recordar
Al cierre, la gala aniversario de ADEPA concluyó con un brindis, que fue invitado desde el escenario por Bárbara Read, subdirectora de La Mañana de Formosa, y José Antonio “Pocho” Romero Feris, directivo de El Litoral, de Corrientes. Los directivos, junto al conductor del evento, Marcos Barroca, brindaron “Por más libertad de prensa, más periodismo, y muchos años más para nuestra profesión y para ADEPA”. Ese fue el augurio, el deseo y la promesa con la que se cerró la noche.