La pobreza saltó del 40,1% al 52,9% en el primer semestre de 2024 frente al mismo período del año previo, lo que representa la cifra más alta en 20 años, mientras que la indigencia escaló del 9,3% al 18,1%, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

En ese sentido, Tsn Necochea consultó al padre Alejandro Martínez de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, para conocer la realidad que se vive respecto a la ayuda diaria que prestan desde las distintas instituciones.

La asistencia se brinda de manera permanente desde todas las parroquias y capillas de la ciudad, trabajando de manera de directa a través de instituciones como Cáritas, comedores y el Hogar de Cristo, que están al servicio de los hermanos carenciados.

“Los primero que tenemos que señalar cuando se dan estos índices, es cómo han cambiando las cosas. Hemos puesto a las cosas como el mercado, el Merval, la pobreza y la Bolsa sentimientos y, a las personas con rostros concretos que pasan una situación límite de pobreza o indigencia, les hemos puesto número. Son un porcentaje anónimo de una realidad” reflexionó en primer término, considerando que “debemos poner rostros de humanos que están sufriendo esta situación y no pueden esperar más”.

El padre Martínez advirtió que la situación es acuciante y que de manera continua aumentan las personas y familias que, no sólo no llegan a fin de mes, sino que no tiene forma a de hacer frente a las exigencias de necesidades diarias.

“La situación es dramática y esto tal vez requiera que todos y cada uno de nosotros nos pongamos a trabajar desde muestra realidad y con las comunidades, haciéndose eco de la pobreza de cada uno para ayudar a nuestros hermanos más necesitados” sostuvo, remarcando que “los gobiernos deben tener en cuenta el bien común que pasa, en principio, por los que tienen urgencias inmediatas y no pueden esperar”.

“El índice de pobreza son rostros y realidades concretas que lo están sufriendo y lo vemos a diario. La angustia es cómo sostener esta realizad” enfatizó el sacerdote.