El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires reveló uno de los efectos de la crisis económica provocada por la cuarentena.
El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, fue uno de los protagonistas del primer día de la cuarentena estricta por la pelea que protagonizó con efectivos que responden al gobierno nacional en uno de los retenes dispuestos en el Puente La Noria. La discusión reavivó una vieja disputa con el Ministerio de Seguridad de la Nación e incluso con el propio presidente Alberto Fernández.
Más allá del ruido por la discusión pública que esas escenas provocaron, el funcionario que integra el gabinete de Axel Kicillof reveló en una entrevista un dato alarmante asociado a la crisis económica que atraviesa la Argentina como consecuencia de la cuarentena y la pandemia por coronavirus: cada vez son más las personas que salen a robar para poder sobrevivir.
En diálogo con Luis Novaresio en el programa Animales sueltos, el ministro bonaerense planteó: “Por primera vez estamos deteniendo a gente que tenía su historial limpio, que cometen delitos de supervivencia”. Y ante las repreguntas, desarrolló: “Esta pandemia en el mundo ha generado una crisis económica tan grande que algunos dicen que este es el último esfuerzo y yo les digo que ¡no! Este es el primero de todos los esfuerzos que tenemos que hacer porque después de la pandemia vamos a tener que poner a un país de pie”.
Berni no es el primer dirigente que asocia un posible aumento del delito al confinamiento. La interventora del Servicio Penitenciario, María Laura Garrigós de Rébori, había proyectado un escenario similar cuando termine la cuarentena. “El día que salgamos de la cuarentena vamos a tener un pico de delitos contra la propiedad” como consecuencia de la recesión económica y el impacto en la situación social que traerá aparejada la pandemia, declaró.
Berni destacó los esfuerzos que realizan los gobiernos provincial y nacional para asistir a 29 millones de personas que sufren las consecuencias del aislamiento obligatorio. No obstante, recordó que la Argentina es un país que venía “tecleando”, “con unos problemas terribles”, que en los próximos meses podrían agravarse con indicadores nunca antes vistos.
Por lo pronto, esta semana el Indec reveló una caída de la actividad económica de 26,4 por ciento. El registro se ubicó por debajo de los peores momentos de la crisis de 2001. Además, día tras día continúan cerrando pequeños comercios y hay estimaciones que indican que podría haber 100 mil locales menos en funcionamiento en el Área Metropolitana una vez que se inicie la nueva normalidad. Un informe privado reflejó que las familias están cada vez más endeudadas y temen quedarse sin ingresos.
Ayer, el presidente Alberto Fernández encabezó una reunión de casi tres horas con su gabinete económico donde se analizaron todas estas variables, pero no hubo anuncios sobre nuevos programas de ayuda. Continúan vigente el ATP (subsidio para pagar salarios de empresas privadas que cumplen con ciertos requisitos) y créditos a tasa cero para monotributistas. El gobierno porteño anunció además que no cobrará el ABL a los rubros no esenciales.