Por lo menos 52 presos murieron en un motín en una cárcel del norte de Brasil, informaron el lunes las autoridades. 16 de las víctimas fueron decapitadas y otras fueron asfixiadas, dijeron las autoridades penitenciarias del estado de Pará.
Los presos además quemaron parte de la prisión en Altamira, lo que impidió a los agentes ingresar al penal. Las autoridades informaron que una riña entre pandillas rivales estalló en el lugar la madrugada del lunes.
La masacre ocurrió en el Centro de Recuperación Regional de Altamira, durante la cual dos agentes penitenciarios fueron tomados como rehenes y luego liberados, según informó el portal O Globo.
“La mayoría falleció por asfixia”, informó la Superintendencia del Sistema Penitenciario del estado de Pará. El motín se inició por la mañana y al mediodía había sido controlado.
De acuerdo con las autoridades, el motín fue motivado por una pelea entre las bandas criminales Comando Classe A (CCA) y el Comando Vermelho (CV, Comando Rojo), que pugnan por reclutar presos a sus filas y controlar el tráfico de drogas y armas.
Todo comenzó a las 7 de la mañana cuando líderes del CCA invadieron un pabellón donde estaban internos de la facción rival. Allí, con facones, fueron decapitados 16 presos, según la reconstrucción que están realizando los investigadores de la policía civil.
Los agresores, además, prendieron fuego y cerraron las puertas del pabellón, lo que provocó el deceso por asfixia de la mayoría de las víctimas. Un grupo de fiscales y policías logró la liberación de dos guardias tomados como rehenes durante la rebelión.
El 27 de mayo 55 presos murieron durante una disputa de facciones criminales en una cárcel de Manaos, capital del estado de Amazonas, vecino al de Pará.