El caldo de huesos es una preparación sumamente antigua que se popularizó nuevamente entre los deportistas y los aficionados a las recetas de antaño. Guillermina Valdés es una de las famosas que lo promueve.

Para hacer el conocido caldo de huesos hay que tener paciencia, ya que se trata de un superalimento que lleva mucho tiempo de cocción. Esta receta es sumamente fácil de realizar y si tenés una agenda muy ocupada no te preocupes, podrás pausar el hervor para continuar el procedimiento.

Filtrá el caldo, solo interesa el líquido.

Ingredientes

2 kg de huesos (de vaca, cerdo o pollo)

2 zanahorias grandes

2 ramas de apio

1 cebolla grande

3 dientes de ajo

2 hojas de laurel

1 ramita de tomillo (opcional)

1 ramita de romero (opcional)

10 granos de pimienta negra o tres pizcas en polvo

1 taza de vinagre de manzana

Sal a gusto.

Guillermina no explica el tiempo de cocción, pero no es una sopa tradicional.

Modo de preparación

Colocá los huesos en una olla grande, cortá en trozos grandes la zanahorias y el apio. Cortá en cuartos la cebolla, aplastá el ajo, sumá hojas de laurel y las hierbas que más te gusten. Saborizá con sal y pimienta.

Rellená la olla con estos vegetales y agregá suficiente agua fría para cubrir todos los ingredientes. Sumá el vinagre de manzana que es sumamente importante en esta preparación de caldo de huesos, ya que ayudará a extraer los minerales.

Podés o no cortar la zanahoria.

Llevá la olla a ebullición para cocinar el caldo de huesos y una vez que haya alcanzado el punto de hervor, reducí el fuego y dejá cocinar a fuego lento. El tiempo total de cocción puede llegar a ser de 24 horas, aunque podés hacerlo en 12. Se puede pausar la cocción y continuar cuando estés en casa. Sumá el agua que sea necesaria en el transcurso.

Durante la cocción del caldo de huesos es muy importante que utilices un colador o espumadera para retirar la espuma y las impurezas que suban a la superficie. Una vez que se ha terminado la cocción, tendrás que filtrarlo para separar por un lado los sólidos y por el otro líquido, que es lo que nos interesa.

Consumí este elixir.

Dejá enfriar, retirale la capa de grasa en caso de haberse formado y separalo en porciones para guardar en la heladera durante cinco días o en el freezer. Consumí el caldo de huesos en la medida que sea necesario, podés usarlo como base de sopas. Se recomienda al menos una porción por día.

Se formará una gelatina.

Data extra

El caldo de huesos contiene magnesio, fósforo y otros minerales que son cruciales para la salud de nuestros huesos. Además, aporta una gran cantidad de colágeno, que es crucial para las articulaciones, la piel y el intestino, de ahí que los deportistas lo recomienden mucho.

También lo venden, pero conviene hacerlo en casa. Asimismo, contiene aminoácidos que ayudan a mejorar la función inmunológica y notarás cambios positivos en la salud intestinal, ya que cubren el revestimiento de estos órganos.

Podés usar piernas, costillas, columnas, etc.

La receta de este líquido ancestral tiene diferentes orígenes alrededor del mundo. Se dice que históricamente se lo preparaba en China, aunque también algunos países europeos aseguran su autoría. En nuestra cultura americana, se consumió caldo de huesos durante centenares debido a sus beneficios nutricionales y curativos.