A 40 días de su desaparición, mientras competía en la carrera Río Mar, la familia del nadador Ezequiel Bermejo dice que el organizador de la competencia no les atiende el teléfono y que no logran dar con el paradero del kayakista que lo acompañaba.

Se trata de Tomás, el kayakista, supuestamente amigo de Ezequiel, que fue el último que intercambió palabras con el nadador y, básicamente, el último que lo vio con vida, hasta que se le rompió la pala del remo y no pudo seguir secundándolo.”No lo conozco, nunca lo vi ni hablé con él. Sólo sé que se llama Tomás y las veces que me iba a encontrar, a través de gestión de terceros, nunca se concretaba”, dice Soledad, y agrega: “Tampoco sabe nada de él la esposa de Ezequiel. Es raro. En todo este tiempo esperé un llamado, una comunicación, un gesto, pero nada” apuntó Soledad la hermana del Ezequiel.

“Yo no entiendo cómo a mi hermano, nadando a mil metros de la costa, no lo pudieron encontrar. Evidentemente no se hizo una buena búsqueda o alguien no dice la verdad y no estaba tan cerca”. Perpleja, vacía de respuestas, molesta por la escasez de información y angustiada porque el cuerpo no aparece, Soledad Bermejo no logra encontrar paz, a 40 días de la desaparición de su hermano Ezequiel, quien participó de la competencia “Río-Mar 2020”, en Necochea.

El sábado 11 de enero, Ezequiel, de 43 años, estaba cumpliendo un buen tiempo (unas 2 hs 15min) de la competencia que combinaba siete kilómetros de río y tres kilómetros de mar, pero a un kilómetro de la llegada a Bermejo literalmente se lo tragó el mar. “No se sabe nada, sólo tenemos la palabra del kayakista que iba siguiendo y custodiando a Ezequiel, de nombre Tomás, que dijo que lo vio bien y que mi hermano le habló”.

“Tranquilo, estoy bien, sigo”, habrían sido las últimas palabras del nadador, casado y con dos hijas pequeñas, que pronunciara antes de que su kayakista (una suerte de guía y asistente durante la carrera) se le quebrara la pala del remo y se viera imposibilitado de continuar el último tramo. “Ezequiel estaba entero, hidratado, y él mismo avisó que seguiría hasta la llegada… Tenía kayaks adelante, kayaks atrás y una procesión de cabecitas a 120 metros alrededor. ¿Cómo puede ser que nadie lo vio? ¿Dónde estaba la seguridad?”, se pregunta Ignacio Grignaschi, amigo de Bermejo y participante de la competencia.

Para la Fiscalía de Necochea (UFI N° 3), que lleva adelante el doctor Guillermo Sabatini, “hoy la carátula es homicidio culposo”, apunta el instructor judicial Juan Martín Astíz. “Estamos analizando cómo se fueron dando las cosas y haciendo foco en dos tentativos responsables: por un lado, la organización del evento deportivo y por otro la Prefectura, autoridad máxima del área marítima y portuaria”.

En cuanto a la organización, al primero que se señalaría sería a Juan Carlos “Chino” Cuenca, guardavidas, y quien desde hace cinco años está al frente de la “Río-Mar”. De él dependía el itinerario de la competencia y las normas de seguridad e infraestructura de la misma. “Cuenca había señalado tanto a la Cruz Roja, como a Defensa Civil y la Municipalidad de Necochea que la ‘Río-Mar’ contaba con un set de prevenciones que no se cumplieron, como un número de gomones y de motos de agua que no había”, describe Astiz.

Fuente: Clarín