El próximo martes 1 de noviembre, el histórico modo de comercializar carne en la Argentina debería ser cambiado en base a una resolución que establece el fin de la media res para avanzar en un sistema por trozos.
Más allá que los funcionarios del Gobierno nacional y los representantes de los grandes frigoríficos exportadores (nucleados en el Consorcio ABC) vienen argumentando en favor de la disposición que busca proteger al trabajador para evitar que siga descargando del camión unos 100 kilos de carne sobre sus espaldas, detrás hay tela para cortar y muchos millones en juego.
Y salvo esas dos voces, en la cadena de la carne es difícil encontrar respaldos totales a la medida. Hay coincidencias en la necesidad de cambiar la forma de descarga, pero sólo en eso.
Por eso hay actores que siguen insistiendo en continuar con la media res pero aplicar, por ejemplo, medios mecánicos de descarga, al tiempo que creen que es inviable la aplicación de la medida hoy en el país, con más de 700 frigoríficos distribuidos en todas las provincias.
El coordinador Federal de la Cámara de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), Ariel Morales Anton, explicó que “el troceo hoy es inaplicable y además elevaría el precio de la carne al consumidor, en un contexto en el que los alimentos son seguidos de cerca dentro del acelerado proceso inflacionario.
“Lo que busca la resolución en primer lugar es proteger al trabajador, al hombreador de carne, que como matarifes estamos de acuerdo. Pero la matriz que tiene hoy la Argentina y la matriz de frigoríficos de consumo interno existente no está preparada para ponerla ya en marcha”, comenzó explicando Morales Anton.
Sobre qué podrá pasar el 1° de noviembre explicó que “nosotros estamos haciendo fuerza para que no largue. Pero si larga, pensemos cómo se va a controlar. ¿Van a sacar una patrulla a ver si pesa 33 para hacer multa o 32 para quedar habilitado? ¿Van a parar los camiones con una balanza? Creo que va a encarecer el producto. Pensemos que la carne está atrasada; cuando se actualice el precio, más el cuarteo, más la nueva logística, el kilo va a pasar los 2 mil pesos y entonces nos van a escuchar un poco más a nosotros”.