Después de casi 90 años y tres generaciones al frente, trabajando la tierra y la plantas, el vivero San Miguel llega a su fin.
Ubicado actualmente en 572 entre 519 y 521, su propietaria, Marita Daniele, anunció la liquidación total de ejemplares, macetas, tierra y demás productos “por cierre definitivo”.
El vivero, fue abierto en principio en Necochea, por Francisco Barbuto, el abuelo de Marita quien, según nos contó, fue el primer viverista que llegó a Necochea allá por la década del 30. Arrancó el emprendimineto en una quinta de calle 94 entre 47, 51 y 90 donde crío a sus hijos. Luego se mudaron a ruta 228 y avenida 59 y finalemnte a avenida 59 entre 76 y 78.
La empresa quedó después en manos de su tío José Miguel y luego siguió ella desde el año 2006.
“Conmigo se termina el legado Vivero Barbuto” relató Marita con tristeza y explicó que la decisión de cerrar obedece al intenso trabajo que implica llevar adelante el comercio.
“Es mucho trabajo y ya no me da el físico. Yo ya estoy cansada, trabajo sola y es agotador” reconoció la vecina nacida en Necochea que ha recibido, pese a la pena de la noticia, el apoyo de amigos y muchas consultas también para poder adquirir las plantas que entraron en la liquidación final. Marita, de todos modos, continuará en el rubro que la vió nacer birndando asesoramiento en la materia y trabajando como paisajista.
“Acérquese a nuestro vivero y lo convertirá en “Su Vivero” rezaba una publicidad de hace algunos años, cuando la empresa funcionaba en avenida 59 al 3500, antes de mudarse en 2015 a Quequén. Y así fue que, durante años, el vivero San Miguel fue el vivero de familias necochenses y quequenenses que hoy, con nostalgia, le dicen adiós.