El pasado 6 de junio se cumplieron cuatro años del día que Ana Rivero fue atropellada por Fernando Beretta en la rotonda de diagonal y 59. Después de permanecer internada en gravísimo estado, la vecina falleció el 20 de junio de 2020, producto de las heridas.
En la tarde de ayer, sus hijos colocaron el cartel con la Estrella Amarilla en el lugar donde fue el accidente, después de tramitar durante mucho tiempo el permiso ante el municipio con el apoyo de los concejales de Crear Más Libertad.
El responsable, Fernando Beretta, fue condenado a 5 años de prisión, sin embargo, su defensa solicitó el anticipo de la libertad condicional en tenor al artículo 13 del Código Penal, por el tiempo que lleva purgando la pena.
La finalidad de las Estrellas Amarillas es, no solo es recordar a las víctimas viales, sino también llamar la atención de la peligrosidad de realizar un manejo imprudente, y de esta manera reducir la siniestralidad vial mediante la concientización. Es también un reconocimiento a la lucha de los familiares de las víctimas.
En la tarde del 6 de junio de 2020, Ana María Rivero, a bordo de una moto, junto a uno de sus hijos, aguardaba que el semáforo la habilitara para avanzar desde la Diagonal San Martín hacia la Avenida 59.
Fernando Beretta, ex dirigente gremial, conducía un automóvil Volkswagen Voyage. Se lo acusa de “homicidio culposo agravado por conducción imprudente, consumo de alcohol y velocidad superior a la permitida”, además de haber producido “lesiones culposas”.
La acusación es efectuada por el agente fiscal Guillermo Sabatini, quien, tal como ya lo había declarado previamente, considera que hay sobrados elementos de prueba que dieron cuenta de la grave imprudencia de Beretta al conducir su vehículo. Eso es, precisamente, lo que tratará de demostrar en este debate oral iniciado hoy y que se reanudará el próximo viernes.
El test de alcoholemia que se le practicó a Fernando Beretta determinó que registraba 2,45 de alcohol en sangre, superando ampliamente el límite de 0,50 establecido para la conducción de un vehículo.
Ana María Rivero sufrió fracturas expuestas en ambas extremidades, de húmero derecho, mandíbula y traumatismo de cráneo. Las graves heridas le provocaron una importante pérdida de sangre que le causó un shock hipovolémico y días después del accidente falleció en el Hospital Municipal.
Beretta, que por entonces tenía 63 años, fue detenido poco tiempo después, acusado de «homicidio culposo agravado” y por «lesiones leves» fue condenado por el juez Ernesto Juliano a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo y a diez años de inhabilitación para conducir.
Fue alojado en el penal de Batán donde se encuentra actualmente alojado a la espera que la justicia haga lugar a la solicitud de adelanto de libertad condicional debido a los años cumplidos de pena.