Héctor Leonardo Navarrete murió en la madrugada del 20 de septiembre de 2016 en el Hospital Ferreyra. “Pepo”, como lo apodaban, había recibido varios disparos en el atardecer del día anterior. Pero no era el blanco de los balazos: éstos iban dirigidos a Jonathan Pinavaría, quien conducía la moto en la que Navarrete iba como acompañante.
Pinavaría confirmó este lunes, al iniciarse el juicio oral y público a tres imputados en el crimen de Navarrete, que mantenía una manifiesta enemistad con dos de los acusados: los hermanos Diego Gabriel (27)y Matías Ezequiel González (25).
“En 2010 robaron en la casa de los González. El padre me esperó con un arma y yo le disparé, le di un balazo. Ellos quedaron doloridos porque lastimé al padre”, declaró Pinavaría, quien actualmente cumple una condena en el Penal de Batán por otro hecho.
Aseguró que no encuentra otro motivo que aquel conflicto de 2010 para fundamentar el ataque a balazos que recibió, del que terminó siendo víctima mortal “Pepo” Navarrete.
Los hermanos González son acusados del delito de “homicidio agravado por concurso premeditado de dos o más personas y uso de arma de fuego”.
El otro imputado en la causa es Matías David Almaraz, de 30 años, por el delito de “encubrimiento”. Se lo acusa de haber retirado de una cochera el automóvil Volkswagen Bora gris utilizado por los autores del crimen, dos días después del hecho, para efectuarle dos disparos en el lateral derecho, a fin de simular un enfrentamiento a tiros.
El tribunal que juzga a los hermanos Diego Gabriel y Matías Ezequiel González, así como a Matías David Almaraz, está compuesto por los jueces Mariana Jiménez, Mario Juliano y Aldo Rau (subroga a Luciana Irigoyen Testa).
La defensa de los tres imputados está a cargo del abogado marplatense Lucas Tornini, en tanto que la acusación es realizada por la agente fiscal Silvia Gabriele.
La primera jornada del debate oral contó con un fuerte dispositivo de seguridad. Cinco efectivos policiales estuvieron en la sala, además de tres miembros del Servicio Penitenciario, que trasladaron a quienes se hallan detenidos en la actualidad: Diego Gabriel González (imputado) y Jonathan Pinavaría (testigo).
Un vallado, dentro de la sala, dividió a los presentes: de un lado se ubicaron familiares y allegados de los imputados; del otro, los de la víctima.
Mientras que hubo consenso entre las partes sobre la existencia del hecho, Tornini planteó dudas sobre la autoría del mismo por parte de uno de sus defendidos. El tribunal dispuso que eso se iba a ir determinando en el transcurso del debate, con los testimonios.
Jonathan Pinavaría, el primer testigo en brindar declaración, aseguró que los dos hermanos González fueron autores del hecho.
A través de su relato ratificó que aquel 19 de septiembre de 2016, acompañado por Navarrete, llegó a bordo de una moto a la esquina de avenida 98 y 65 del Barrio Fonavi, siendo interceptado por cuatro hombres, que les cruzaron un auto Volkswagen Bora, bajaron del rodado y comenzaron a efectuarles disparos a mansalva.
Navarrete, de 30 años, recibió cuatro impactos de bala calibre 9 milímetros en la espalda y otras partes de su cuerpo. Por la gravedad de las heridas falleció a la hora 1:20 del día siguiente, pese a la atención médica recibida.
Pinavaría cumple actualmente una condena de cuatro años de prisión por tenencia de armas.
Al prestar declaración ante el tribunal relató el episodio, brindando detalles de lo ocurrido desde que pasó a buscar a Navarrete por la casa de su suegra, hasta que fueron interceptados, incluyendo los balazos recibidos y la huida del lugar a toda marcha en la moto, hasta que llevó en la misma a su amigo hasta el Hospital Municipal, donde moriría horas después.
Respecto de su enemistad con los hermanos González insistió en que data de 2010. “Estaba todo mal con ellos”, deslizó. “Me encontré en algunas ocasiones con ellos en un boliche. Me miraban. Me advertían que iba a pagar lo que había hecho con su padre”, relató.