La misa central, de las 7 del domingo, que recibe a los peregrinos, se realizará en la Basílica de Luján.
Peregrinos de todas las edades, familias y grupos de amigos provenientes de distintos puntos del país, desde muy temprano llegaron a la parroquia de San Cayetano en el barrio porteño de Liniers para recorrer a pie unos 60 kilómetros hasta la Basílica de Nuestra Señora de Luján en la 45° edición de la Peregrinación Juvenil.
En un día que comenzó fresco pero que se tornó soleado y agradable, grupos de jóvenes entusiastas, con gorras o chaquetas de diferentes colores para identificar sus lugares de procedencia, iniciaron su caminata animados con cantos, vítores y rezos.
“Jóvenes y no tan jóvenes somos atraídos por la Virgen de Luján, para estar con ella, para pedirle, para agradecerle y para caminar juntos, porque nos gusta caminar juntos, caminar como pueblo”, dijo a Télam el padre Raúl Varela del barrio de Barracas, mientras bendecía a los peregrinos.
La imagen cabecera partió a las 12 pero el Santuario estuvo abierto toda la noche ya que los grupos comenzaron a llegar ayer y durante la mañana de este sábado mientras algunos continuaban acercándose otros ya iniciaban la caminata.
Los grupos más grandes llegaron esta mañana provenientes de distintas parroquias porteñas, junto a fieles de localidades bonaerenses, como Remedios de Escalada, Lomas de Zamora y José C. Paz, entre otras. Pero también había peregrinos de Neuquén, Gualeguay, La Pampa, Puerto Madryn, Chubut, Posadas, Misiones y San Miguel de Tucumán, entre otras ciudades.
La primera peregrina que llegó a Luján fue Yohana, una joven de González Catán que salió el viernes porque los sábados trabaja y realizó sola el recorrido, durante el cual se cayó y soportó una intensa llovizna en gran parte de la ruta. Pero finalmente arribó a Luján a las 23.07 del viernes, informaron desde la organización.
Stella Maris, de Trenque Lauquen, camina desde hace 15 años a Luján, pero en esta ocasión se sumó a uno de los grupos de apoyo que asiste a los peregrinos.
“Vengo a devolver todo lo que han hecho por nosotros cuando caminábamos”, explicó a Télam la mujer de 44 años, mientras su compañera, Sara, de 70, con lágrimas en los ojos, no ocultaba su emoción al contar que “llevo 28 años caminando. Y hasta que la Virgen me diga Sara quedate, seguiré caminando”.
El grupo de jóvenes de la Pastoral Universitaria que acompaña a Sergio González, un estudiante de agronomía de 27 años, parecía no tenerle miedo al cansancio al iniciar la marcha. “Además de las intenciones que tengo en el corazón, me gusta pedir por el país y creo que muchas de las cargas que tenemos podemos dejarlas con fe a los pies de la Virgen”, expresó el joven .
Jorge, de 32 años, que llegó como parte del movimiento Pocho Lepratti de Florencio Varela, confesó que “le intriga saber que se siente, ya que nunca viví esta experiencia”.
En tanto, Daniel, un hombre de 55 años de Barracas que fue abuelo por segunda vez hace unos días, aseguró que “cada peregrinación es distinta a la otra, uno ya tiene sus compañeros de caminata, pero siempre se suma alguno nuevo. Rezamos, charlamos y nos vamos alentando”.
“Siempre fue una promesa pendiente ya que nací en Suipacha, cerca de Luján, por lo que siento un cariño especial por nuestra Virgen” dijo por su parte Julieta, de 29 años, quien decidió caminar “porque tengo varias intenciones personales y familiares que quiero dejarle a María y para llevar a la patrona de los argentinos los dolores de tantos que sufren la pobreza”.
Justo en el cruce de la vía del ferrocarril y la Avenida Rivadavia, donde se iniciaba la caminata, estaba apostado el obispo Juan Carlos Ares bendiciendo a los peregrinos.
“Es una experiencia maravillosa”, dijo Ares y señaló que “desde la primera peregrinación a Luján, hace 45 años, siempre estuvo la intención de rezar por la patria. “Este año el lema es ‘Madre, Ayúdanos a unirnos como hermanos’, y fue sacado de las intenciones que la gente fue dejando en Luján a lo largo de todo el año”, agregó Ares.
El obispo señaló que “pedir por la unidad es un anhelo profundo, y esto es lo que la Virgen quiere, como buena mamá quiere que todos estemos unidos entorno a su mesa”.
La misa central, de las 7 del domingo, que recibe a los peregrinos, se realizará en la Basílica de Luján pero no será presidida por el cardenal Mario Polini, sino por el obispo de Morón, Jorge Vázquez.
Poli no encabezará la misa porque participará de las celebraciones de los 50 años de la creación de la Prelatura de Cafayate, en Salta, donde el Obispo Prelado se encuentra enfermo hace tiempo y no hay Nuncio Apostólico, por lo cual el cardenal como máxima autoridad de la iglesia argentina viajó al norte del país para presidir esa conmemoración.