Guillermo Raúl Farías fue condenado a la pena de prisión perpetua por haber matado a Natalia Bandiera de cuatro disparos en la tarde del domingo 17 de noviembre de 2019, en una vivienda del Barrio Los Tilos III que hasta unos días previos había habitado junto a la víctima y los hijos de la mujer.
Así lo dispuso la jueza Luciana Irigoyen Testa, tal como lo había solicitado el fiscal Walter Pierrestegui la semana pasada, luego que un jurado popular hallara culpable a Farías, tanto del crimen de Natalia Bandiera como de la agresión a dos efectivos policiales con posterioridad al homicidio.
Farías, de 46 años, fue hallado penalmente responsable del delito de “homicidio triplemente calificado”.
La primera de esas tres razones en la calificación es “el vínculo preexistente” con la víctima (había sido su pareja hasta días previos). La segunda, la violencia de género ejercida (claramente se trató de un femicidio). Y la tercera: el “uso de arma de fuego”.
Y también se lo consideró penalmente responsable del delito de “abuso de armas”, tanto en perjuicio de Natalia Bandiera, como de los dos efectivos policiales a los que luego agredió: Mariana Laura Triviaux y Carlos Maximiliano Tubino (cuando pretendían persuadirlo para que se entregara).
No se consideraron agravantes ni atenuantes en este caso, ya que ello no lo habían planteado ni el agente fiscal Walter Pierrestegui, a cargo de la acusación, ni el defensor oficial Marcelo Ruiz, que asistió legalmente a Farías.
La jueza Irigoyen Testa consideró que, más allá de desgarradores y escalofriantes audios reproduciendo palabras de la víctima, durante el debate oral hubo sobradas pruebas a partir de testimonios brindados, así como de la historia clínica de Natalia Bandiera, de que la mujer fue víctima de violencia de género.
La decisión de Natalia Bandiera de terminar su relación sentimental con Farías fue determinante para que éste la matara. Así lo consideraron profesionales de la psicología durante el debate. En tal sentido, el sentir del hombre quedaba claramente expresado en una frase: “Si no es mi mujer, no será de nadie”.
A la jueza le resultó “escalofriante” oir en la sala otro audio de Nataia Bandiera, destinado a una amiga, días previos al desenlace trágico. Así lo revela en el texto de la sentencia. Le comunicaba Bandiera su decisión definitiva de separarse de Guillermo Farías, de empezar una vida emocionalmente sana y sin golpes, junto a sus hijos. Entre sollozos, le decía que se había cansado de agachar la cabeza. “De ahora en más sí me voy a hacer respetar, ahora sí, cueste lo que cueste”, fueron sus palabras.
“Es impensable –recalca Irigoyen Testa- que en los tiempos que corren, aún hoy en 2021, el costo de hacerse respetar, para una mujer, sea su vida”.
Conocida artísticamente como “La Naty”, Bandiera era cantante y tenía 43 años cuando fue asesinada por Farías.
Pocos días atrás, cuando el fiscal Pierrestegui, teniendo en cuenta el veredicto de un jurado popular pidió que se lo condenara a prisión perpetua, se le concedió a Farías la posibilidad de expresarse, antes de conocerse la sentencia. “No tengo nada que decir”, fueron sus palabras, minutos antes de ser esposado para ser trasladado al Penal de Batán, donde deberá pasar los próximos 35 años, tiempo de reclusión que en la práctica significa la pena de prisión perpetua.
El defensor oficial había planteado la inconstitucionalidad de la pena de prisión perpetua, sugiriendo que Farías fuera condenado a 10 años y ocho meses de prisión. Pero esto fue desestimado.