El abogado de la ex presidenta cuestionó el modo en que se llevó adelante la investigación y confió en que en el juicio oral se podrá demostrar la inocencia de su defendida.
La ex presidenta Cristina Kirchner presentó un escrito ante el juez federal Claudio Bonadio en el cual no se opuso a que la causa de los cuadernos pase a la instancia de juicio oral y público.
Ante el pedido de consulta que hizo el magistrado para ver si restaba alguna medida de prueba, el abogado de la senadora nacional y precandidata a vicepresidenta, Carlos Beraldi, mostró su conformidad para que el expediente pase a un tribunal oral, aunque se despachó con duras críticas a Bonadio.
En ese marco, cuestionó el modo en que se llevó adelante la investigación y confió en que en el juicio oral se podrá demostrar la inocencia de su defendida, que está acusada de liderar una asociación ilícita que cobró sobornos.
“En condiciones normales, la posibilidad de que estas actuaciones pudieran ser elevadas a juicio, en términos jurídicos, resultaría absurda. Ello así, pues todo lo actuado es insanablemente nulo, al haberse vulnerado todas y cada una de las garantías previstas en la Constitución Nacional”, sostuvo la defensa en su presentación.
Inicialmente, la ex presidenta criticó cómo se inició la causa a partir de las “fotocopias” aportadas por el chofer Oscar Centeno sobre el presunto traslado de bolsos con dinero.
Es que, recordó Beraldi, el propio Centeno reconoció que los originales los había prendido fuego tiempo antes de que se dé a conocer públicamente el caso: “Los supuestos cuadernos nunca aparecieron y sólo obra en la causa lo que serían fotocopias de los mismos”, señaló el abogado.
Por otro lado, el letrado también criticó la gran cantidad de arrepentidos que tiene el caso, tanto empresarios como exfuncionarios.
“Decenas de imputados fueron colocados ante la siguiente disyuntiva: o reconocían la comisión de supuestos delitos, vinculando a la ex presidenta con los mismos, o serían privados de su libertad por un lapso indefinido”, acusó en el escrito.
Y concluyó: “En otro capítulo de la saga de ensañamientos protagonizados en este proceso se allanaron distintos domicilios de mi representada, se destrozaron paredes y expresamente se incumplieron las directivas del Senado de la Nación sobre la manera en que debían desarrollarse estos procedimientos”.