La variante Delta o B.1.617.2 se identificó por primera vez en India a fines del 2020 y, en mayo de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la consideró como una de las cuatro mutaciones más preocupantes, junto con la Alfa de Reino Unido, la Beta de Sudáfrica y la Gamma detectada en Brasil. Desde ese entonces, su detección se fue diseminando por el mundo y también fue registrada en Argentina.
La denominación “Delta” refiere a una letra del alfabeto griego ya que, de acuerdo con las directrices de la OMS sobre las denominaciones de las variantes, se cree que los nombres neutros evitan el estigma de aquellos relacionados con el lugar donde se identificaron las variantes por primera vez.
Según advirtió el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, es considerada “más contagiosa y resistente a las vacunas”. Y Soumya Swaminathan, la jefa del departamento de científicos de ese organismo internacional, agregó que “se transmite dos veces más que la variante Alfa”.
En tanto, un informe publicado por el Public Health England (PHE) arrojó que “la variante delta sería aproximadamente un 60% más transmisible que la variante Alfa, que a su vez es más transmisible y causó infecciones más severas durante la primera ola”.
En tanto, Eric Topol, fundador y director del Scripps Research Translational Institute, ratificó que la Delta es un 60 % más transmisible que la Alfa y agregó que, a su vez, ésta última era un 50 por ciento más transmisible que la cepa originaria detectada en Wuhan, China.
“Tiene características que permiten que evada al sistema inmunitario y quizá sea más esquiva que la variante Beta, que hasta ahora era la peor. Además, tiene la mayor transmisibilidad entre las observadas hasta ahora. Es una combinación pésima”, agregó.
Las mutaciones que la hacen más contagiosa
Mehul Suthar, inmunólogo del Centro de Vacunas Emory, explicó que la variante delta “tiene mutaciones en la proteína de la espícula, proteína del virus, que alteran su forma de interactuar con el receptor presente en la superficie de las células pulmonares y otras células humanas, que es el portal para invadir la célula”, lo que vuelve al virus “más transmisible y ayuda a que se propague por la población”.
Además de estas mutaciones, otro estudio mostró una variación en la espícula de la delta que permite que el virus escape de los anticuerpos neutralizantes débiles. También el riesgo de contraer neumonía bajo esta variante es más alto.
Los síntomas de la variante Delta
1. Dolores de cabeza.
2. Dolores de garganta.
3. Secreción nasal.
Los tres están comúnmente asociados a un resfrío por lo que mucha gente, sobre todo los jóvenes, no se sienten muy enfermos y continúan con su vida normal, encuentros con otras personas incluidos, por lo cual se convierten en importantes vectores de contagio.
Si bien la variante Delta se manifiesta con fiebre, no hay pérdida de olfato entre los síntomas, al que se generalizó en Gran Bretaña desde el aumento de la variante identificada en la India. “La gente puede pensar que acaba de tener algún tipo de resfriado estacional y sigue yendo a fiestas y puede contagiar a otras personas. Creemos que esto está alimentando gran parte del problema”, añadió Spector.
Para el especialista, “el mensaje es que si sos joven y tenés cualquier síntoma leve, aunque pueda parecer un mal resfrío o una sensación rara… quedate en casa y hacete una prueba”.