Una esperada diligencia en el marco de la causa por el femicidio de Natalia Bandiera se concretó este martes: declararon tanto la hija como sobrina de la víctima, quienes fueron testigos presenciales del lamentable episodio.
Las menores de edad lo hicieron a través de una Cámara Gesell con la presencia de una profesional psicóloga que dirigió la entrevista. En tanto, desde un recinto contiguo el acusado Guillermo Farías atentamente el relato de ambas a través de un monitor de TV.
Una fuente judicial que investiga el caso que causó una fuerte conmoción le dijo a TSN Noticias que el testimonio de las niñas coincide absolutamente en toda la prueba que hasta el momento ha podido colectar la investigación que comanda el fiscal Eduardo Núñez.
Para la instancia de hoy la menores estuvieron acompañadas por sus terapeutas, quienes previamente evaluaron la conveniencia de llevar adelante la diligencia que llevó adelante la psicóloga Rosario Azcoiti, integrante del Centro de Asistencia a la víctima que depende de la Fiscalía General.
Trascendió que Farías se encontraba angustiado y en algunos momentos se lo vio llorar. Decidió no hacer ninguna pregunta sobre el contenido de cada declaración.
El acusado de femicidio se encuentra alojado en la Alcaidía N° 44 de Batán y en los últimos días, a través de la defensa oficial, presentó un pedido de arresto domiciliario con arresto domiciliario por monitoreo electrónico.
La muerte de Natalia Bandiera se produjo el domingo 17 de noviembre en una vivienda de calle 100 N° 4366. El detenido ingreso previo romper una ventana y tras una breve discusión le efectuó dos disparos con un revólver calibre 38 provocándole graves heridas en el abdomen y cráneo que de inmediato le causaron la muerte.
La hija de la víctima y su prima lograron escapar del inmueble para encontrando protección en viviendas de vecinos.
Como se recordará, consumado el crimen el hombre se atrincheró y reiteradas oportunidades amenazaba con suicidarse con la misma arma de fuego con la que había dado muerte a su ex pareja. Finalmente, decidió entregarse a la policía.
Guillermo Farías llegó a la Fiscalía de Violencia de Género y Delitos contra la Integridad Sesxual de las personas en un micro del Servicio Penitenciario Bonarense. Descendió esposado y fuertemente custodiado. Y no respondió ninguna de las preguntas que este medio le efectuó.