La demolición está coordinada desde Obras Públicas y se ejecuta mediante un decreto que lleva la firma del intendente Arturo Rojas y del secretario de OP, Ricardo Carrera.
Tras observar esta primera parte de derrumbamiento que tuvo lugar sobre la lengua de agua en plena orilla y aprovechando la marea baja, el subsecretario del área, Guillermo Botella, señalo que “apenas la máquina tocaba el hormigón, se caía sola” para agregar que “ya no había sustento de los hierros porque el óxido avanzó tanto que los terminó de cortar, además de la disgregación de la brisa salina, el viento y el embate de las olas que ha sufrido la estructura en todo este tiempo”.
Por lo dicho, manifestó el funcionario que “tomamos la decisión de derrumbar el muelle mediante un decreto y avanzamos en ese sentido porque entendemos que era un peligro inminente. De hecho llegamos reciben y veíamos como la gente pasaba corriendo por debajo”.
Con respecto a la parte de la estructura introducida dentro del mar que aún permanece estable, explicó Botella que “cuando tengamos marea baja el jueves 2 después de la fecha festiva trataremos de terminar de derribar el muelle.
Y para finalizar del todo, nos quedará retirar los escombros para lo que vamos a necesitar nuestra retroexcavadora y la apoyatura de camiones”.