En 1938 se declaró esta fecha como el Día de la Bandera Argentina y se determinó que sería un día de feriado nacional para conmemorar a Manuel Belgrano, fallecido en este día. Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, cursó sus estudios en el Colegio de San Carlos y luego en las universidades de Salamanca y Valladolid, en España.

Fue un gran economista, también fue periodista y creó estrategias militares que fueron clave para la independencia de nuestro país. También fomentó la educación, desde su puesto como primer secretario del Consulado, donde creó escuelas de matemáticas, náutica y dibujo.

Su carrera militar se inició en 1806, durante las invasiones inglesas, cuando se incorporó a las milicias criollas para defender la ciudad. Luego fue uno de los principales partidarios de la causa patriota en la Revolución de Mayo, por lo que fue nombrado vocal de la Primera Junta de Gobierno.

En la expedición al Paraguay, que lideró, creó la bandera. Si bien el Primer Triunvirato defendía a las Provincias Unidas a la espera de que Fernando VII fuera liberado por Napoleón, Belgrano consideraba absurdo que sus soldados usaran distintivos españoles. Por eso, a comienzos de 1812 convenció a las autoridades para que le permitieran crear una escarapela nacional, que le dio a sus tropas el 23 de febrero de ese año. Cuatro días después llamó «Independencia» a una nueva batería militar y le otorgó el honor de ser la primera en llevar una bandera. Tenía los colores celeste y blanco, tomados de la escarapela, y fue cosida por doña María Catalina Echeverría, una vecina de Rosario. Belgrano les ordenó a sus oficiales y soldados prometer fidelidad. «Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la independencia y de la libertad», rezaba el juramento. Ese momento quedó ilustrado en el dibujo que acompaña esta nota, que se publicó en el número 405 de Caras y Caretas, el 7 de julio de 1906.

En esta fecha, cabe recordar que la bandera argentina flameó sobre las Islas Malvinas el 28 de septiembre de 1966, en el llamado Operativo Cóndor. Dardo Cabo y otros 17 estudiantes y obreros secuestraron un avión de línea en plena dictadura de Juan Carlos Onganía y lo aterrizaron en las Islas. Allí izaron siete banderas argentinas, que ondearon nuestros colores durante 36 horas. Con ese reclamo por la soberanía intentaron motivar a un sector del Ejército para que desembarcara en las islas, pero eso no ocurrió. Al dirigente lo condenaron a tres años de cárcel y al resto le dieron nueve meses.