Esfuerzo, mucho trabajo y constancia. Así definen el éxito de esta pequeña empresa familiar sus propietarios, el matrimonio Juan Manuel Russo y María Alejandra Spaltro. En breve Dolche Patagonia cumplirá 11 años de elaboración artesanal de alfajores y conitos que ya se comercializan en casi todo el sur del país y otras provincias.

Podría decirse que el emprendimiento tiene su origen entre Puerto Madryn (ciudad en la que residió la pareja) y Quequén, ciudad donde se instaló la fábrica que produce más de 32 mil unidades diarias de un tentador como exquisito alfajor. “La clave está en el uso de materias primas de calidad superior”, dice orgullosa Alejandra.

“La incorporación de máquinas de última tecnología y la afianzada logística de distribución es un factor muy importante, como también lo son los cinco operarios que trabajan y respaldan el emprendimiento”, agrega Alejandro.

Esta PyME de capitales propios tiene como objetivo la comercialización de sus productos en todo el país y, también, sueñan con el desembarco en algunos países de la región.